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Poema mural en la Plaza Central de Nono. |
En 1774, en el Curato de Traslasierra, un grupo de criollos se levantó en armas contra las autoridades virreinales locales, para hacer escuchar su voz, ya que el sometimiento, el abuso y las frecuentes represalias habían llegado a un punto tal que decidió arremeter contra el despotismo encarnado tanto en el Maestre de Campo como en el Juez Pedáneo.
Esta rebelión tuvo sus consecuencias, preocupando principalmente al Cabildo de Córdoba, quien ante la inesperada manifestación de rebeldía de los transerranos, envió al Maestre de Campo Juan Tiburcio de Ordóñez, en calidad de mediador y ejecutor de las medidas necesarias para revertir la situación.
En esta instancia, después de intentos de diálogos, se acordó firmar un pacto entre las partes, el que se concretó el 28 de Abril de 1774, en Villa de Pocho.
¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron esta rebelión? [2]
Debemos considerar que en 1774 el Curato de Traslasierra, (hoy departamentos Pocho, Minas, San Alberto y San Javier) pertenecía al Virreinato del Perú.
En regla general podemos definir esta época como una etapa de manifiesta corrupción, predominando el nepotismo en los aspectos: políticos, religiosos, militares y comerciales. Esto favoreció en todo sentido a las familias más poderosas, tanto de la ciudad como en la campaña, quienes, además de obtener suculentos reembolsos por los negocios que realizaron, se ubicaron en los cargos más representativos estableciendo alianzas familiares, políticas y comerciales a través del matrimonio.
Fue una época en la que gran número de comerciantes, en su mayoría peninsulares, llegados desde el Perú, adquirieron extensas propiedades estableciendo estancias
para continuar con sus negocios. En cada lugar, ejercieron el dominio absoluto sobre los moradores con todas las fuerzas. El Curato de Traslasierra no estuvo exento de estas características.
Desde lo político-administrativo , Córdoba y su jurisdicción, formaban parte de la gobernación de Tucumán, residiendo el gobernador en Salta. En Córdoba solo había un teniente de gobernador, la Real Hacienda de Córdoba rendía cuentas a las Cajas de Jujuy y en la dependencia judicial de la Audiencia de La Plata. El poder político estaba en manos del Cabildo y las camarillas locales, generándose fricciones y enfrentamientos.
En lo referido al Curato de Traslasierra el poder estaba en manos del Maestre de Campo y del Juez Pedáneo. Si a esta situación organizativa le sumamos una región con características geográficas muy particulares, principalmente por la elevación del cordón montañoso de las Altas Cumbres, podemos determinar que la misma se encontró relativamente aislada de la cabecera de las localidades.
La densidad poblacional en este Curato era muy importante, probablemente la más numerosa de la jurisdicción. Sonia Tell en su trabajo Córdoba Rural. Sociedad campesina (1750—1850) se refiere a Traslasierra:
"... La concentración de la población en la zona serrana se vincula no sólo en el hecho de constituir el área de antigua colonización sino también, como ya lo señalamos, a su importancia económica en el período colonial, debido a las ventajas que ofrecía para el desarrollo de la actividad ganadera . Además, los valles serranos brindaban un refugio natural a la población de las zonas abiertas; de hecho los documentos se refieren a un desplazamiento importante de la población de la frontera oriental hacia los núcleos serranos entre 1727 y 1744 como consecuencia de los ataque de “mocovíes”, “abipones” y otras naciones del Chaco …”
La principal actividad económica de la región era el comercio de mulas con el norte altoperuano y con activa relación económica con el puerto de Buenos Aires. Además la producción textil realizada por las mujeres campesinas estaba en pleno auge: ponchos, mantas y demás necesarios tejidos en telar. La venta de cueros de cabra y ganado vacuno.
Desde lo religioso , la expulsión de los jesuitas en 1767, fue motivo de polarización en la sociedad cordobesa, determinando marcadas diferencias en la Iglesia, a tal punto que Córdoba, como capital del obispado, tenía dos curas en la catedral, con las cinco dignidades del Cabildo eclesiástico y dos seminarios: el de la Virgen de con un eclesiástico secular y el segundo en manos de los jesuitas hasta su expulsión.
La jurisdicción contaba con once Curatos hasta 1810. Uno de ellos era Traslasierra que tenía como Parroquia a Villa de Pocho, administrando las Capillas en Salsacate, Las Palmas, Ninalquín, Ambul, Sancala, Guasapampa.
La función de los sacerdotes además de evangelizar era registrar bautismos, defunciones y matrimonios lo que de alguna manera les pudo haber permitido influir sobre la vida de la “feligresía”. Los conflictos internos en la iglesia se acentuaban generándose de este modo divisiones entre los partidarios y los contrarios a los jesuitas.
Aquí podemos dar respuesta al primer conflicto surgido en Pocho: el rechazo al nombramiento del cura encargado de la parroquia de Pocho.
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