Por Carlos Bogossian
El grado de salvajismo alcanzado por las tropas al
mando de Paz y sus oficiales, lo manifiesta con claridad hasta sus propios
hombres como el Mayor Domingo Arrieta en sus memorias
“Los coroneles Lira, Molina y Cáceres rindieron la
vida entre suplicios atroces. Sus cadáveres despedazados fueron exhibidos en
los campos de Córdoba y expuestos insepultos.” Así pudo decir un oficial de
Paz, después de explicar cómo habían adoptado la medida de “no dejar vivo a
ninguno de los que pillásemos”, que:… “mata aquí, mata allá, mata acullá y mata
en todas partes, fueron tantos los que pillamos y matamos que, al cabo de unos
dos meses, quedó todo sosegado.”
“Los prisioneros son colgados de los árboles y
lanceados simultáneamente por el pecho y por la espalda… A algunos les arrancan
los ojos o les cortan las manos. En San Roque, le arrancan la lengua al
comandante Navarro. A un vecino de Pocho, don Rufino Romero, le hacen cavar su
propia fosa antes de ultimarlo, hazaña que se repite con otros. Algunos departamentos
de la Sierra son diezmados. Por orden, si no del general, de alguno de sus
lugartenientes, ciertos desalmados, como Vázquez Novoa, apodado Corta Orejas,
el Zurdo y el Corta Cabezas Campos Altamirano, lancean a los vecinos de los
pueblos, en grupos hasta de cincuenta personas.” (Manuel Gálvez. Vida de don
Juan Manuel de Rosas. p. 130)
Paz en sus memorias, no resiste su propio espejo e
indica: “la campaña de la sierra se llevó a cabo con algunos actos de
severidad”
Por su parte en su obra maestra anti Federal José Rivera Indarte, conocida como Tablas de Sangre, el escritor cordobés decía en
su periódico escrito en Montevideo sobre la lucha contra las montoneras
federales en 1830: “El Nacional se complace en recordar ochocientos de esos
asesinatos brutales, no sobre soldados de Rosas, sino sobre argentinos de
Córdoba, de San Luis, de La Rioja.”
Tomando en cuenta que Paz indicó que hubo solo
encuentros con pequeñas partidas enemigas y que admitió algunos actos de
severidad, es muy difícil explicar llegar a 800 muertos. Salvo que abonemos la
tesis asumida por los propios hombres de Paz, como ya dijimos, e indiquemos que
sobre Traslasierra lo que se vivió fue una invasión cargada de terror y muerte
en forma de sistema para en primer término doblegar y “pacificar” el valle
rebelde, extirpando de raíz el germen federal y allí incluimos no solo las
montoneras armadas sino la población civil, que claramente como lo indican los
principales historiadores y todas las referencias de época, era claramente simpatizante
en su gran mayoría de la causa federal.
En segundo término lo que Paz buscó llevar adelante
en nuestra región con su campaña, era algo que el unitarismo con sus diferentes
referentes venía marcando cada vez con más fuerza desde el inicio de la guerra
civil, ante la impopularidad de su causa en los pueblos del interior, solo la
severidad y el terror podía modificar el status quo reinante. Esta idea no es
solo propiedad ni de Paz, ni de los Unitarios, a lo largo de la historia de
nuestros país y del mundo muchos otros las han llevado adelante con distinta
suerte.
Finalmente desde el plano militar una ocupación
exitosa, con los departamentos de la sierra totalmente “pacificados” le
permitían a Paz, la tranquilidad de una retaguardia segura, que le permitiera
sin sobresaltos esperar y preparar la defensa de una nueva invasión, que
finalmente Facundo Quiroga llevó adelante contra Córdoba donde fue vencido
nuevamente en la Batalla de Oncativo, mediante una formidable maniobra que el
general Paz implementa, lo que le hizo decir a Quiroga con admiración «es un
general que gana batallas con figuras de contradanza», en alusión a sus
conversiones y flanqueos.
José María Paz murió en Buenos Aires en el mes de
octubre de 1854 y fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta con los más
altos honores
En 1944, por iniciativa de Víctor Martínez,
diputado nacional por Córdoba, se creó el Liceo Militar General Paz en la
ciudad de Córdoba. En 1956, cadetes de la décima promoción del Liceo
trasladaron los restos de Paz desde la Recoleta hasta la Catedral de Córdoba.
Años más tarde, por decisión de sus descendientes, los restos de su esposa
fueron repatriados desde Brasil, y también descansan junto a los de Paz.
Conclusión final
Paz organizó una formidable operación militar sobre
Traslasierra “La Campaña de La Sierra". Esta campaña que incluyó una verdadera
masacre con todo tipo de atrocidades y en donde algunos autores llegan a
mencionar dos mil quinientos muertos. Es sin duda el inicio del terror
sistemático en la historia Argentina, si bien en la ya iniciada guerra civil,
habían existido actos de terror, eran propios de enfrentamientos o acciones
aisladas propias del estado de guerra. Pero lo que se llevó adelante en nuestro
valle bajo las órdenes específicas del General José María Paz, fue un plan
sistemático de muerte y terror que sirviera de escarmiento para la población
del interior del país mayoritariamente sumada a las filas federales que rechaza
el orden unitario que Paz había empezado a imponer.
La Campaña de la Sierra gracias a su triste legado,
es sin dudas un antes y un después en las guerras civiles argentinas, y por ello
ubica a Traslasierra en el centro de la historia nacional del siglo XIX. Un
hecho poco conocido, olvidado e invisibilizado por la historia oficial del país
y de nuestro oeste que merece ser difundido en todo su valor e importancia.
Apoyan este proyecto cultural independiente Cristian Genta y Guillermina Oviedo. ¡Muchísimas gracias! |