Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

martes, 5 de mayo de 2015

GRAN CONVOCATORIA AL ACTO CONMEMORATIVO DEL "PACTO DE LOS CHAÑARES" EN VILLA DE POCHO.

   La tarde pochana del dos de Mayo pasado, pintó con los más hermosos colores la histórica Capilla Nuestra Señora del Rosario impregnada de memorias olvidadas.
   Bajo un cielo transparente, el ayer comenzó a tomar vida convocando los sentires de aquellos hombres y mujeres, quienes 241 años atrás, hicieran de este espacio traserrano, el lugar donde el grito  libertario se unió al paisaje. 
   La plaza silenciosa, enredándose la bandera con la brisa, esperó paciente el momento ansiado. Como en aquel abril de 1774, se disponía a recibir a los hacedores de este presente. 

   Ambos, Capilla y Plaza, retomaron la memoria de un pueblo que había sido acallado. La sangre nueva: la de los descendientes, despejó de olvidos esa historia oculta en un acto reivindicando la Revolución de "El Común". 




Y así fue que los integrantes del Grupo Solidario Compromiso Pochano, fueron transformando el silencio en actividad sincronizada. 

La música llenó el espacio. Las idas y venidas, poco a poco, completaron el escenario para rendir homenaje a los héroes.








   A la hora programada, la plaza se vio colmada de amigos y amigas, algunos de lugares muy distantes. Fue cuando el sol dio tu toque mágico para iniciar el acto.





Según Eduardo Galeano, revelador de la historia escondida:

 “La identidad, no tiene que ver con las partidas de nacimiento, tiene que ver fundamentalmente, con los lugares, las personas, los valores que uno elige".

Y nosotros el GRUPO SOLIDARIO COMPROMISO POCHANO elegimos comprometernos con nuestro pueblo convirtiéndonos en los restauradores de las historias olvidadas del lugar que elegimos para vivir.


Bienvenidos a esta cita, la que tiene como objeto 
recordar a ese grupo de hombres que tejieron esperanzas con heroísmo.

Acompañaron:

·         Directora del IPEM N° 384 y sus anexos, Prof. Cecilia Martínez.
·         Directora del C. E. “Domingo French” Prof. Alejandra Decara
·          Cabo 1° Agustín Sosa
·         Presidente de la Agrupación Gaucha “Martín Fierro” Sr. Gastón Oviedo.
Agrupación Gaucha Semillas Criollas, del IPEM N° 384, de El Mirador.
·         Presidenta del Centro de Jubilados Sra. Olga Nievas.
·         Sra. Isabel Lagger, escritora desde Carlos Paz.
·         Sr. Eugenio Calderón, investigador y genealogista, desde Buenos Aires.
·         Sr. Martín Soria, investigador y genealogista, desde Córdoba.
·         Directora de la Academia de Folclore “Esencia de mi tierra”, Prof. Paola Martínez.

         El ingreso de las dos agrupaciones gauchas coronó el escenario con el paso firme y el color del ropaje tradicional. La participación de la Agrupación Gaucha "Semillas Criollas", conformada por alumnos del IPEM N° 384 de El Mirador, quienes transitaron durante horas por los caminos polvorientos al igual que nuestros antepasados, fue impactante.

Con las siguientes palabras el público de pié recibió a las Banderas de Ceremonia:

Avanza orgullosa la Bandera de nuestra Patria llevando entre sus pliegues los latidos de hombres y mujeres que ofrecieron sus vidas por este presente.
La historia renace en sus colores y teje esperanzas en cada uno de nosotros, hacedores de nuevas historias.

·       Centro Educativo “Domingo French”, de Villa de Pocho.

·         IPEM N° 384, Anexo Villa de Pocho.

·         Agrupación Gaucha “Semillas Criollas”, del IPEM N° 384, de El Mirador.

·         Agrupación Gaucha “Martín Fierro” de Villa de Pocho.




   A continuación el Himno Nacional Argentino inundó con su espíritu patriótico la plaza de Villa de Pocho, recordando a los héroes transerranos que lucharon por sus ideales con valentía y decisión. 

Oid mortales el grito sagrado ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
Así lo proclamó el Común, 38 años antes de la creación de nuestro glorioso Himno.
Su voz, atrapada en el tiempo, hoy florece entre nosotros: los hacedores del mañana. 

  
El decir y el hacer son dos acciones que expresan el compromiso, y la responsabilidad de generar nuevas experiencias que alimentan el alma. Hoy podemos ver cristalizado ese primer impulso solidario que unió a un grupo de jóvenes pochanos para emprender la búsqueda de la memoria popular, a través de su accionar.
Los  Profesores: Román Calderón y Melisa Oviedo, representando a los organizadores de este evento cultural, se dirigieron al público manifestando su proyecto y sus actividades.  




   El minuto de silencio recordando a los protagonistas de la gesta revolucionaria, estuvo a cargo de la poeta y escritora Gladys Acevedo, quien leyó el poema de su autoría "La voz de El Común", nombrando a los dieciséis transerranos de quienes tenemos algunos datos, sin olvidar a los casi trescientos hombres que expresaron su descontento a través de acciones concretas.

Basilio Quevedo
Eugenio Heredia
Cipriano Hurtado de Lara
Bartolomé Gallardo
Manuel Gallardo
José Cuello
Francisco Rivarola,
Bernardo Urquijo
Luis Arana
Mateo Cejas,
Inocencio Villafañe
Pedro Juan Balla
Domingo Olmedo
Ignacio Núñez
Ignacio Quevedo
Policarpo Cuello
Agustín Olmedo

   
   Marcando un eslabón entre el pasado y el presente, y considerando que la historia de los pueblos fluye cual cascada transparente a través de las generaciones que transforman, recrean, revitalizan con sus acciones el presente, invitamos al Sr. Eugenio Calderón,  descendiente de uno de los protagonistas de la gesta que conmemoramos, genealogista e investigador de nuestra zona, para rendir homenaje a los héroes a través de su palabra.




   Y no pudo faltar la manifestación artística a través de la danza. El  Ballet Folclórico "Esencia de mi tierra" dirigido por la Prof. Paola Martínez, estuvo presente. La gracia, el color y la expresión de los integrantes del ballet dio un toque de excelencia a la tarde que culminaba. 
   Buscar nuestras raíces es construir el camino hacia la identidad, y en el andar descubrimos la magia de la expresión artística en todas sus manifestaciones. Conmemorar a los héroes transerranos es también llenar de música el alma y colmar nuestra mirada con los giros de la danza.

Culminando con las actividades programadas, el público disfrutó con la palabra de nuestra amiga y promotora de esta gesta histórica que permaneció en silencio durante más de dos siglos: la escritora Isabel Lagger. Su trabajo de investigación la llevó a escribir la novela "Territorio de conquista", basada en la Sublevación del Común en época que pertenecíamos al Virreinato del Perú. La presentación de su obra en el mismo escenario donde los personajes cobraron vida, fue otro de los homenajes de este 241° Aniversario Conmemorando el "Pacto de Los Chañares".


        Al finalizar, como un abrazo fraternal a todos los presentes, la Directora del C.E. Domingo French de Villa de Pocho Prof. Alejandra Decara, expresó su emoción a través de la palabra agradeciendo a los organizadores y visitantes la participación en este acontecimiento tan importante para la comunidad traserrana, invitando a continuar y fortalecer los lazos que nos llevarán a la reconstrucción de nuestra propia historia.

 Se cerró el acto conmemorativo con el paso de las Agrupaciones Gauchas rodeando la plaza, mientas el público entre aplausos elevaba su voz hacia el cielo con un: ¡¡¡VIVA POCHO!!!!

miércoles, 29 de abril de 2015

ISABEL LAGGER en el acto conmemorativo del Pacto de los Chañares.




   Escritora y artista plástica, Isabel Lagger expresa a través de la imagen y de la palabra su mundo interior inspirado en los escenarios de nuestra tierra. 

   Isabel es oriunda de Esperanza, Santa Fe y residente de Villa Carlos Paz desde hace 20 años. Ha publicado novelas como “La fuente de los sapos”, “Una mujer llamada Pablo”, “Ahora que los lobos descansan” entre otras.
El próximo 2 de mayo, en la localidad de Villa de Pocho, estará junto al Grupo Solidario Compromiso Pochano, presentando su última obra "Territorio de conquista", novela inspirada en los hechos que sucedieron en 1774 en Villa de Pocho. 

   Básicamente la autora dedicó gran parte de su vida a investigar sobre este levantamiento comunero, documentado por el historiador Víctor Barrionuevo Imposti en su obra "Historia de Traslasierra". Su primer publicación al respecto, con un fuerte impacto, fue en el 2005 con un artículo periodístico "Una Fuenteovejuna en Traslasierra, publicado por la Voz del Interior. Pasaron los años y su interés por el hecho la llevó a elaborar magníficamente lo que hoy podemos disfrutar a través de las páginas de su novela histórica.

   Palabra e imagen, elaboración interna de su personalidad sensible, ha motivado a la población pochana a comenzar a interesarse por la memoria de su pueblo.


  
 En el 2014, hizo la primer presentación en la ciudad de Córdoba, y como un regalo para la región de Traslasierra, en marzo de este año hizo su presentación en Mina Clavero.








   Y como síntesis de la labor realizada por Isabel Lagger, contaremos con su presencia el próximo 2 de mayo, en Villa de Pocho. 
Gracias Isabel por este regalo del alma, que nos lleva hacia nuestras raíces, haciendo viva la memoria de nuestro pueblo.

martes, 28 de abril de 2015

EXCELENTE ARTÍCULO SOBRE EL PACTO DE LOS CHAÑARES EN:

https://cordobaoriginaria.wordpress.com/2015/04/28/rebeldes-pochanos-por-la-emancipacion/

lunes, 27 de abril de 2015

POCHO Y SU HISTORIA: El Pacto de los Chañares: 28 de Abril de 1774.


   Hace 241 años entre la frondosidad de la pampa pochana, cruzando caminos de herradura, -hilos comunicantes entre parajes y ranchos diseminados entre la bravura serrana-, cabalgaban desde diferentes puntos, los valientes moradores del Curato de Traslasierra con la esperanza prendida en sus pechos. El lugar de reunión, Villa de Pocho.

   Veinticinco días atrás, la situación se había tornado irreversible. Los hechos se fueron encadenando: primero, el descontento por el reemplazo del cura Simón Tadeo Funes y la negativa de la feligresía a aceptar a su reemplazante, luego la resistencia de los milicianos que suponían terminaría con su traslado compulsivo como pobladores de la frontera sur; y por último, su negativa a realizar las guardias en dicha frontera. Todo esto hizo que a comienzos de 1774 los moradores se reunieran en juntas, y se conformaran en lo que se llamó la voz del común. De este modo, con objetivos claros presionaron en forma organizada y con las armas en la mano para obtener sus reivindicaciones.

CONTEXTO HISTÓRICO

   Las características particulares de esta región y de la gente, impulsaron el desarrollo de estos acontecimientos. Traslasierra se encontraba relativamente asilada de la cabecera de la jurisdicción por el cordón montañoso de las Altas Cumbres, pero con una intensa vida económica como lugar de invernada de mulas, con lazos económicos con el norte y con el oeste de las sierras. Además, era una zona de densa población indígena antes de la conquista y que desde muy temprano mostraron gran resistencia frente a los abusos de  los encomenderos. Paralelamente a estas características, debemos considerar los enfrentamientos que en ese entonces existían con las autoridades religiosas, militares y políticas -diferentes miembros del Cabildo, alcaldes, alcaldes de la Hermandad jueces pedáneos, comandantes de armas y curas-. Estas tensiones fueron utilizadas por los sublevados a su favor.

   Debemos recordar que en 1774, Córdoba pertenecía al Virreinato del Perú, por  lo que el poder político estaba prácticamente en manos del Cabildo y las camarillas locales. La sociedad cordobesa estaba polarizada principalmente por la expulsión de los jesuitas, en 1767.

La sublevación del común.

   El rechazo por parte de la feligresía al nombramiento del cura encargado de la parroquia de Pocho en 1774 se dio en ese clima de crisis en general, y fue uno de los desencadenantes de los conflictos que se sucedieron en Traslasierra. Pero lo que tuvo mayor relevancia en esta sublevación fue la arbitraria política de control de la población y los traslados forzosos a la frontera sur. “Las fronteras eran defendidas por los vecinos como milicianos y con recursos siempre insuficientes. A eso se sumaban los traslados de familias enteras como pobladores – los fuertes también eran denominados presidios – ya que una de las formas era mandar allí a los reos”, “a ración y sin sueldo”, muchas veces acompañados por sus familias. [1]

   Según la investigación de Ana M Puntas , existen múltiples testimonios, detallados en expedientes judiciales que muestran el desarrollo de los acontecimientos, que dan cuenta que la causa del levantamiento había sido el temor de  los milicianos a que los llevaran engañados para dejarlos desterrados y sin cabalgaduras en el fuerte de Las Tunas. A través del siguiente relato podemos imaginar la situación que vivían, determinándose el primer hecho contundente de sublevación:

   En abril de 1774, el Maestre de Campo Isasa había convocado a la gente a reunirse en la Laguna de Pocho para de allí ir a “correr la frontera”. Fue entonces que un soldado de mote Piquillín, habría saltado sobre la grupa del caballo de Isasa, lo habría tirado al suelo y quitándole las armas lo llevaron preso junto con dos de sus capitanes, al paraje de la Punta de Agua, al parecer con intención de trasladarlo a San Luis de la Punta.”[2]

   Con el apresamiento de Isasa por parte de “el común”, las autoridades de Córdoba designan al Maestre de Campo General de la Plaza don Juan Tiburcio de Ordóñez, Alcalde de la Hermandad, como Comisionado para pacificar a los revoltosos. Ordoñez partió hacia Traslasierra con 47 soldados, un capitán, cuatro sargentos y un cabo. El 23 de abril, en el paraje de La Ciénaga, envió una nota a los apellidados el común, para que volvieran a la tranquilidad, y mientras estuvieran subordinados serán oídos.

   Durante cuatro días, circularon cartas y esquelas entre Ordoñez, el juez pedáneo Tordesillas y el cura Rodriguez por un lado, y Basilio Quevedo por el otro;  hasta que el 28 de abril de 1774, en Los Chañares, el común con Basilio Quevedo a la cabeza,  proceden a la entrega de una petición de ocho puntos :

1-    Destierro de Isasa y de Tordesillas, dándoles un mes para que abandonaran la jurisdicción, junto con sus familias y bienes. Ordoñez acordó  pero extendió el plazo a Isasa por tres meses.
2-    “no ha de governar este valle ningún hombre europeo…” a lo que Ordónez agregó “….sin perjuicio de las facultades del Cabildo…”relativizando el alcance de lo solicitado.
3-    “…no combiene que haiga maestre de campo en este valle…” Ordoñez aceptó pero agregó “ … sin que se entienda contravenir a las disposiciones de los gobernadores de esta provincia…”
4-    Que fuera el Sargento Mayor Quevedo el que nombrara a los capitanes y que quedara a su disposición “…quitar y poner otros al gusto de su gente…” Ordoñez otorgó pero agregó que Quevedo debía presentarle la lista de los designados para que “…por el gobierno de Armas si conviniese, se le despachen los títulos…”
5-    El común pedía que se les extendieran facultades a los capitanes para que pudieran “… entender en lo civil cada uno entre su gente, y que ningún Juez pueda entrar sin pedir auxilio a los capitanes o jefes de su compañía…”  y que “…haciéndolo se lo darían…” Ordoñez alegó no tener facultades para otorgar esto, ya que lo eran del Cabildo ….
6-    Que el Sargento Mayor Diego Moreno no pudiera ejercer ningún cargo, lo que fue otorgado
7-    Que se les dieran las armas que tenían pagadas a Isasa, quien había recibido su importe en plata y caballos, agregando Ordoñez que lo haría una vez que “….se hubiera sosegado el común se retire cada qual a su casa…”
8-    El pedido general para que nos se los culpe a ninguno ni haia cargo ninguno tiempo haber levantdo este común de voz pública lo levanto el Maestre de Campo Don Joseph de Isasa como consta por los señores vicarios: común”[3]

   Al culminar el encuentro, Ordoñez garantizó lo firmado como Maestre de Campo firmando el tratado con dos testigos, y una vez visto lo que se les concedía, los del común “…. Se dieron por satisfechos y rindiendo las armas prorrumpieron en vivas al rey afirmando estar dispuestos y rendidos y obedientes a cuanto se les mandase…”[4] Además aceptaron devolver las armas que habían quitado a Isasa y Tordecillas.

   Apunta Ana Inés Puntas que Ordoñez permaneció en Traslasierra, y desde finales de abril hasta mediados de julio levantó sumarias informaciones a vecinos y a participantes de las “juntas”, lo que evidenciaba su falta de intención de respetar lo firmado, y que no daba por terminado el conflicto.

  Fueron muchos los protagonistas de este hecho histórico, hombres sufridos y oprimidos que dejaron su huella indómita en la inmensidad de la pampa desde Ambul, Panaholma, Nono, Las Tapias, y de tantos lugares diseminados por el valle de Traslasierra, hoy sólo nos ha quedado un puñado de nombres.
Valientes serranos hoy los homenajeamos haciéndolos surgir del olvido como ejemplo de valentía, de honor, de entrega y en defensa por la dignidad.

Basilio Quevedo
Eugenio Heredia
Cipriano Hurtado de Lara
Bartolomé Gallardo
Manuel Gallardo
José Cuello
Francisco Rivarola,
Bernardo Urquijo
Luis Arana
Mateo Cejas,
Inocencio Villafañe
Pedro Juan Balla
Domingo Olmedo
Ignacio Núñez
Ignacio Quevedo
Policarpo Cuello
Agustín Olmedo





[1]ANA INÉS PUNTA: Levantamientos a voz del común en Traslasierra e Ischilin. Córdoba 1774-1775.
[2] IDEM.
[3] ANA INÉS PUNTA: Levantamientos a voz del común.
[4] AHPC Gob.5, carpeta 4, Exp. 28, ff. 250r-251v.

jueves, 23 de abril de 2015

POCHO Y SU HISTORIA: CONFIGURACIÓN TERRITORIAL EN 1660


El siglo XXI va marcando nuestros pasos, nuevas generaciones toman protagonismo construyendo su propia historia, pero qué es un pueblo desconocedor de su pasado? ¿Cuántas veces caminamos por este suelo pochano admirando la belleza del paisaje, preguntándonos qué hicieron nuestros antepasados para hoy disfrutar de tanta maravilla? Buscar nuestra propia historia, es buscar nuestras raíces, nuestra esencia para tener en claro qué somos, adónde vamos y qué queremos de nuestro lugar.


Quiero invitarlos a volar en el tiempo, de la mano de trabajos realizados por historiadores que en su momento dejaron testimonio a través de los escasos datos que pudieron obtener, sobre los orígenes hispanos en nuestro departamento.
Debemos tener en cuenta que la raza originaria poco a poco, fue desvaneciéndose ante la llegada de los españoles, y lo que antes fuera una región de intenso intercambio entre las diferentes etnias, esta situación se revirtió cuando se vio atravesada por una nueva cultura que tomó posesión de las tierras que hoy transitamos.
Nuevamente cito a Víctor Barrionuevo Imposti[1] transcribiendo un fragmento del Capítulo VII  POCHO, MOGIGASTA, AMBUL Y MUSSI


No son muchos los datos que tenemos de los orígenes hispanos de Pocho. Sabemos que en 1660 (o en el siguiente), don Diego Albarracín pidió al gobernador Gerónimo Luis de Cabrera el pueblo de Pocho; de donde se infiere que estaba vacante.
A fines del siglo XVII este paraje perteneció –al menos parcialmente- a don Miguel de Brizuela, según una carta suya de 1694,......
Otro nombre –desvinculado del anterior- nos ha dejado el siglo XVII: Juan Clemente Bigorria dueños de la “Estancia y Rezzos de Pocho”. Sus herederos cedieron esta propiedad, en pago de ciertas deudas, al Dr. José Ignacio Toledo Pimentel y su hermano el Capitán Estanislao de Toledo Pimentel. Este, que sobrevivió y heredó al primero, vendió a su vez la parte principal de la estancia en diciembre de 1746 a doña Flora Brizuela, y su sobrina Antonia González Carrizo por 400 pesos plata sellada. Días antes habíanse desglosado y vendido las tierras de Mogigasta y Sauce,……
Continúa Barrionuevo Imposti más adelante [2]:
Al sur de Pocho estaba el paraje de Mogigasta. En 1732 solicitó esas tierras el teniente Juan Martín Moreno, que ya las poseía desde 10 años atrás. Les fueron adjudicadas a fines de 1737 por el gobernador. “Hago merced Real – dice el decreto – de las tierras de el paraje llamado Mogigasta en el dho Valle de Salsacate que se contienen entre los linderos de pocho ala parte de Norte y pachango a la parte del Sur mediante dho Mogigasta y ala parte del Oriente dos leguas y a la del poniente hasta las caídas del monte más de legua para que las aya y gose…” [3]
Sin embargo, los Toledo Pimentel, dueños de Pocho, promovieron en 1755 un deslinde de su propiedad, abarcando también el paraje de Mogigasta y Sauce; ante lo cual, considerándose despojado, Moreno protestó, infructuosamente, al parecer.
En noviembre de 1746 el Capitán Estanislao Toledo Pimentel venció esas tierras al Capitán Francisco Calderón, por 500 pesos “de a 8 reales”. Los papeles de venta indican hasta dónde llegaba aquella propiedad.
Para el lado de Pachango llegaba hasta los confines de la estancia. Para la sierra “todo lo que tuviera hasta las caídas del monte, y para la laguna otra legua y para la parte de Pocho hasta el lindero y mojón que el dicho juez puso en la mensura que  hizo de una legua cogiendo por centro la capilla vieja de Pocho hasta donde dio una legua y de dicho mojón cogiendo el rumbo y deresera a la sierra que cae al lado, las cuales son las tierras de Mogigasta y Sauce”[4]
Seguramente a esta altura, muchos de los habitantes de este departamento habrán identificado el espacio geográfico que se describe, teniendo en cuenta que en ese tiempo, la veta agrícola ganadera todavía no había sido explotada, quedaba mucho tiempo para que a través del arribo de los inmigrantes comenzara la transformación del hábitat natural. Lo que si debemos tener en cuenta que los colonizadores que tuvieron arraigo en el Valle de Traslasierra dieron impulso a la economía regional, acentuando la productividad de la tierra y el ritmo de trabajo.
Por ejemplo Diego de Funes fue un exponente de esa labor civilizadora en las tierras de Mogigasta y Chancaní, donde según Barrionuevo Imposti[5]tuvo a sus indios quietos y pacíficos y sacó acequias en el dicho pueblo e plantó algarrobales e hizo huertas e tuvo telares e hilaban y texían…..e tenían ganados”.
Fue así que al final el siglo XVIII el valle de Traslasierra se había transformado en una de las zonas más ricas y pobladas de la campaña cordobesa.



[1] BARRIONUEVO IMPOSTI, VÍCTOR. Contribución a la historia hispana del Valle de Traslasierra. 1949
[2] Pág. 33.
[3] Archivo Histórico Provincia de Córdoba. Escrib. I, Leg. 358, Exp 4, Año 1767
[4] Pag. 34
[5] Pág. 70

lunes, 20 de abril de 2015

POCHO Y SU HISTORIA: Capilla Nuestra Señora del Rosario



   La Capilla Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la localidad de Villa de Pocho, se erige desde hace más de dos siglos entre el paisaje típico pochano, guardando en su interior historias de muchas generaciones que transitaron y transformaron lentamente este escenario del oeste cordobés.
  Me parece interesante abordar esta publicación desde el trabajo realizado por el historiador Barrionuevo Imposti, teniendo en cuenta que toda su obra se encuentra agotada y por lo tanto, con grandes dificultades para conseguirla. Pero esto no es motivo para continuar con historias guardadas. Con el correr de la información tomarán forma otros protagonistas del hacer de Villa de Pocho, estimulando tal vez la memoria viva de cada familia, recordando historias contadas por abuelos y bisabuelos bajo ese cielo estrellado que abraza las sierras pochanas.

  Comencemos entonces partiendo desde un personaje fundamental en la historia de Pocho, Doña Flora Brizuela. [1]

 “Flora Brizuela, vieja vecina que alcanzó a sobrevivir a sus tres consecutivos maridos, en 1774 hizo testamento. En él declara que ha “edificado una capilla” bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción; (la erección del templo habría tenido lugar, entonces, entre 1746 y 1774).”

 En este punto desconozco por qué difiere el nombre de la capilla con el que conocemos en la actualidad, tema que habrá que investigar; pero continuando con este tema, Barrionuevo Imposti menciona a don Claudio Ceballos, sobrino de Doña Flora, quien queda a cargo de la administración y como patrón de la capilla. Es interesante observar cómo a través del testamento, podemos imaginar el aspecto físico de entonces:

“Advierto – dice el documento- que dejo de tierras pa la capilla, a la parte del Norte hasta la punta de la primera loma de piedras, a la parte del Sud hasta la zanja que hace del otro lado del horno de quemar ladrillos y al parte del naciente hasta el primer ojo de agua, como qe sale de mi casa para la iglesia, y al poniente a topar el arroyo, y el número de alhajas y ornamentos necesarios, los que aparecerán del inventario que de ellos hizo el Dr. Dn. Joseph Igno. Tejeda Liendo, Cura de este beneficio, y lo más qe hubiere qe agregar y lo declaro así para qe conste” [2]

 Y acercándonos aún más al contexto histórico, Barrionuevo Imposti, continúa transcribiendo algunas de las cláusulas testamentarias que fueron su fuente de investigación:

“Declaro que dejo un mulatillo llamado Joseph Ermenegildo, dedicado para sacristán de dicha capilla; y si en algún tiempo quisiera ser vendido, mndo no se le impida, cuya venta correrá por mano del patrón de dicha capilla, y dicha plata en caso de ser vendido dicho mulato, es mi absoluta voluntad se refunda en adorno de dicha capilla. Dejo dos mulas chúcaras para que se vendan para el bien de la capilla, y también una petaca, dos pailas y otras cosas con el mismo fin”. Por otra cláusula deja “para Nuestra Señora una esclava llamada Chavela Sosa”[3]

  Más adelante, el historiador nos comenta que la capilla de Pocho es una de las  pocas cuyo autor se conoce siendo su alarife Juan Pedro Perales, aclarando que debemos tener en cuenta que realizó una reedificación, teniendo en cuenta que “antes de que doña Flora Brizuela adquiriera la estancia de Pocho, lugar donde hizo  construir la actual capilla, ya había una “capilla vieja” que sirvió en 1746 como punto de referencia para la medición y deslinde de aquellas tierras”[4]

 Para ahondar sobre la historia de esta Capilla los invito a ingresar a http://www.capillasytemplos.com.ar/pocho-nsr.htm
http://heraldicaargentina.com.ar/3-Cba-VilladePocho.htm
http://fliacalderon.com.ar/







[1] BARRIONUEVO IMPOSTI, VÍCTOR: “Contribución a la historia hispana del valle de Traslasierra”. Pág. 31. 1949
[2] Según Barrionuevo Imposti, su fuente fue documentación en poder de particulares, Pocho.
[3] De la misma fuente en poder de particulares, Pocho.
[4] BARRIONUEVO IMPOSTI, VÍCTOR: “Contribución a la historia hispana del valle de Traslasierra”. Pág. 34. 1949