Una de las maneras de recuperar las historias son las fuentes orales, así que con inmenso placer y gran gusto me reuní con quien tiene prendido en su corazón, este su pueblo Salsacate: María Amelia Guzmán.
Muy agradecida María Amelia por tu predisposición y el aporte en cada una de tus palabras.
¡Gracias!¡Gracias! ¡Gracias.
ENCUENTRO el 24 de Febrero de 2023
Cuenta María Amelia Guzmán que “El Rancho de María Rosa Guzmán”, como en
ese entonces era nombrado, funcionó durante mucho tiempo como hospedaje,
alojando a gran cantidad de visitantes y algunos de renombre, quienes a su
tiempo elegían estos lugares buscando paz, tranquilidad y el contacto con la
naturaleza.
Con estos recuerdos y la mirada llena de luz María
Amelia me transportó a los años en que no había energía eléctrica, tiempos en
que la música provenía desde el río, la brisa traspasando el monte, graznidos,
ladridos y todos aquellos sonidos propios del campo.
Sumado al entorno, las actividades que realizaban su
mamá y su abuelita. Muy temprano en las mañanas la tarea de ordeñar las vacas
esperando sentir el asombro de los visitantes que al pié de la vaca degustaban
la leche recién ordeñada. Y cuando el olor del pan recién horneado escapaba del
honor de barro, risas, comentarios y la alegría creaban el ambiente para
comenzar el día.
Y entre palabras, sonrisas y recuerdos me contó
sobre la construcción que se llevó a cabo entre 1956-1958 para distribuir el
agua en Salsacate, ya que hasta la concreción del mismo, era cotidiano ver a
los pobladores con baldes ir hasta el río a buscar el vital elemento. El lavado
de ropa lo realizaban en las mismas piedras del rio. Aguatero, mujeres y niños
eran el canal para que cada hogar tuviera el beneficio para cocinar, refrescar
y para todo los usos.
Fue esta situación la que generó la necesidad de
elaborar un proyecto en beneficio de toda la población. Fue así que
aproximadamente en 1956 se hospedaron en
casa “El Rancho” los realizadores del proyecto. Ingenieros y operarios pusieron
manos a la obra. Recuerdo al Ingeniero Crespo como también a Eduardo Cortés
quien oficiaba de sobrestante, es decir el capataz.
En esa época no existía el vado así que muy cerca
del lugar llamado Piedra de la Víbora, sobre el río Jaime, comenzaron a construir un canal, incorporando
caños de filtrado que terminaban en una cisterna. A partir de allí fueron
colocando, siguiendo la costa del río desde la quinta de don José Domingo
Guzmán, los caños maestros que terminaban en según recuerdo seis “Picos Blancos”:
Puedo recordar si la memoria no me falla:
Había 1 en el
actual triángulo de entrada al pueblo, desde el sur, pero ya no está.
Otro en la esquina entre Los Túneles y Ejército Argentino,
que todavía está y en perfecto funcionamiento.
Recuerdo que en la plaza Gral. José de San Martín
había dos. Hoy contamos con el que está en la esquina frente a la iglesia.
Sobre Ruta N° 15 a la altura de Av. Fuerza Aérea,
había otro.
Y sobre calle que lleva hasta el Hospital todavía
resiste los cambios en el tiempo.
Por supuesto que estas terminales en la distribución
facilitó y cambió enormemente la
actividad del pueblo.
Este fue el primer paso para continuar posteriormente
con la red domiciliaria, tema sobre el que realmente no recuerdo en qué fecha
se realizó.
PICOS BLANCOS DE HOY.
Esquina Los Túneles y Ejército Argentino.
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