Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

martes, 30 de abril de 2019

FESTEJOS EN VILLA DE POCHO POR 245° ANIVERSARIO DEL “PACTO DE LOS CHAÑARES”.



28 de Abril 1774 – 2019 ... 245 años separan dos tiempos, dos realidades, dos estampas en acción en el mismo lugar.



Con el mismo cielo, y con la emoción acurrucada en los corazones de todos los presentes, la centenaria campana de la Capilla de Villa de Pocho, el pasado domingo se hizo eco en el paisaje evocando las hazañas de hombres y mujeres del Antiguo Curato de Traslasierra quienes hace más de dos siglos se animaron a gritar su sueño de libertad.

Emocionante fue escuchar los cascos de los caballos resonando sobre el pavimento, cuando la campana anunció el inicio de la jornada mientras la Agrupación Gaucha “Martín Fierro” de Villa de Pocho, hacía su paso.



El público presente distribuido sobre el inmenso patio adyacente a la Capilla, se preparó para participar de la celebración de la Santa Misa. La misma fue oficiada por el Obispo Monseñor Ricardo Araya, junto al Cura Párroco Presbítero Juan Pablo Contepomi y al Padre Gustavo Humarán.

En este mismo lugar, entre  las paredes de la Capilla Inmaculada Concepción de María (1746-1774) los criollos pusieron sus miedos, sus debilidades y sus sueños bajo el manto de la Santísima Virgen María. En este escenario, como un torbellino de sentimientos y emociones, hombres transerranos gestaron la Rebelión de El Común.


Al finalizar la celebración religiosa se dio la bienvenida a los presentes y de manera especial al Intendente Municipal de Salsacate Sr. José Figueroa acompañado por su equipo de trabajo, representando a una de las comunidades incorporadas a este proyecto durante el año pasado.


Las palabras de introducción a cargo de Gladys Acevedo, tuvo como meta crear una instancia de reflexión: “Durante dos siglos, el silencio fue tirano; pero el tiempo, forjador de verdades, rompió el cerrojo para dejar libre la voz de “El Común”.
Fue indiferencia? O tal vez fue el miedo enfrentado a las voces henchidas de dolor, de injusticia y opresión lo que llevó este acontecimiento al olvido?
Por qué la Rebelión de “El Común”, hecho que encendió las primeras chispas libertarias, quedó atrapado en hojas amarillas consumidas por el tiempo?
Por qué desde ese 1774, las generaciones sucesivas enmudecieron dejando las hazañas de los paisanos perdidas en el tiempo?
Estas y tantas preguntas que afloran en cada uno de nosotros son puertas que debemos abrir. En ellas duerme la Memoria Colectiva, ese manantial de sabiduría, de conocimientos, de equívocos y aciertos, de verdades, de silencios, de esa esencia con que se nutre la Patria. La Memoria Colectiva es el alimento de la Historia, y la Historia nos lleva a comprender quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos.
Hoy, reunidos como aquel 28 de Abril de 1774, evocamos el espíritu de los valientes transerranos, quienes a la voz de “El Común” se animaron a exigir mediante un acuerdo, al que llamaron Pacto de Los Chañares, ocho puntos inamovibles, siendo el primero y el más relevante: “Que no nos gobierne ningún extranjero”.

Creado el ambiente especial, recibimos a las Banderas de Ceremonia de la Agrupación Gaucha “Martín Fierro” y de la Academia de Danzas “Esencia Pochana” ambas de Villa de Pocho. Las bellas banderas vistieron de celeste y blanco el entorno, y el espíritu patriótico resaltó aún más cuando entonamos las estrofas del Himno Nacional.

El momento relevante llegó con el minuto de silencio, coincidiendo con las 16 horas de 245 años atrás, cuando la firma del acuerdo ya se había efectuado.

Con diecisiete campanadas volaron los nombres del grupo de criollos que ingresaron en ese entonces a la ciudad de Córdoba para ser juzgados y luego olvidados.

Las autoridades presentes hicieron entrega de una ofrenda floral depositada junto al poema mural que decora la entrada de la Capilla, símbolo de la unión de los pueblos de Traslasierra. A continuación, la Comisión de la Capilla hizo entrega de un obsequio al Sr. Obispo quien visitara la zona por primera vez.


Culminando la jornada la Prof. Lorena Calderón, miembro del Grupo Solidario “Compromiso Pochano” expresó a través de la palabra un mensaje impregnado de emociones y sentimientos propios de quienes toman el compromiso del hacer.

Con la calidez en el alma  propia del momento, despedimos respetuosamente a las Banderas de Ceremonia para continuar con las expresiones artísticas.

En esta segunda parte, participaron: Academia de Danzas Municipalidad de Salsacate, a cargo de la Prof. Tatiana Sosa, Academia de Danzas “Esencia Pochana” dirigida por la Prof. Paola Martínez  y el Grupo Ankalli, de Villa Dolores dirigido por la Profesora Silvina Delfino. Las voces de cantores de la región también adornaron al tarde con música tradicional completando esta fiesta con el color del amor, la paz y la unión.




miércoles, 24 de abril de 2019

REBELIÓN DE EL COMÚN. Pacto de Los Chañares. Trabajo de investigación.



Si deseas profundizar sobre el tema, te invito a comunicarte con Gladys Acevedo, autora del trabajo, a través de gladysacevedo35@gmail.com  
Podrás obtener el mismo en PDF .
Muchísimas gracias.



martes, 23 de abril de 2019

ACTO CENTRAL EN LA CENTENARIA CAPILLA DE POCHO



ABRIL, RECORRIENDO EL PASADO EN TRASLASIERRA.


28 DE ABRIL 1774 - 2019

245 AÑOS DESDE LA FIRMA DEL PACTO DE LOS CHAÑARES.

Este mes, tiempo en que el otoño viste de colores mágicos el paisaje,  es también momento para conectarnos con el pasado. Tiempo de reflexión ante conceptos que impregnan nuestra historia: nepotismo, opresión, corrupción, y tantos otros.

Ocultar acontecimientos que dan identidad a nuestra cultura, es tergiversar y debilitar la Memoria Colectiva, impactando en la construcción del concepto de patriotismo. La Memoria Colectiva es el manantial desde donde surgen los modelos y ejemplos de hombres y mujeres que dieron sus vidas por este presente que nos abraza.

El Pacto de Los Chañares estuvo oculto mucho tiempo; pero como siempre, la verdad cuando es el momento, surge luminosa desde la oscuridad del olvido.  2019, marca 245 años desde la firma de este Pacto entre El Común y las autoridades españolas, estableciéndose un acuerdo entre las partes, en un lugar borrado por el tiempo llamado Los Chañares, a escasos metros de la centenaria Capilla Inmaculada Concepción de Villa de Pocho, perteneciente al antiguo Curato de Traslasierra.

El punto de referencia es 28 de abril de 1774, cuando aún pertenecíamos al Virreinato del Perú, y por ende a la Gobernación de Córdoba del Tucumán. Tiempos con una escenografía totalmente diferente, en un contexto socio económico propios de la vida colonial y con la angustia de una vida de opresión, miedos y persistente cansancio al estar permanentemente doblegados a la voluntad de quienes, con total impunidad, los utilizaban para beneficio propio.

En ese entonces el Curato de Traslasierra comprendía los actuales departamentos de Minas, Pocho, San Alberto y San Javier con una densidad poblacional importante distribuida en   109 lugares, con un promedio de 300 habitantes por poblado. En la documentación consultada se mencionan como protagonistas de la rebelión entre 200 y 300 paisanos provenientes de: Ambul, Pocho, Las Tapias, Río de los Sauces, Santa Rosa, Los Cerros, San Lorenzo, La Tablada, Panaholma, Las Palmas Nono, San Javier entre otros. 


ESCENARIO DE LA GESTA LIBERTARIA EN TRASLASIERRA.




La Rebelión de El Común tuvo como escenario el antiguo Curato de Traslasierra. Con su particular topografía brindó  a los valientes traserranos el contexto propicio para establecer redes de comunicación llevando como bandera el grito libertario.

En ese tiempo la Capilla de Villa de Pocho, funcionaba como Parroquia del Curato por lo que se transformó en el lugar de concentración y encuentro entre los "rebeldes" y las autoridades españolas para formalizar el pacto. 

En la siguiente imagen, extracción de Libro 2° Bautismos, 1773 - 1797 podemos constatar la observación anterior incluyendo la participación del Cura Dr. Simón Funes Pabon, uno de los protagonistas de los hechos que se desarrollaron en 1774.


Qué sabemos acerca de esta Capilla?

Para responder me remitiré a un trabajo de la Sra. Claudia Ibañez quien hace tiempo muy gentilmente me facilitó y a quien agradezco profundamente para poder difundirlo.

Capilla "Inmaculada Concepción" de Villa de Pocho, Departamento Pocho. Año 1999.

Doña Flora Brizuela, antigua vecina quien había alcanzado a sobrevivir a sus tres consecutivos maridos, en 1774 hizo un testamento. En él declaraba que había "edificado una capilla" bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, abarcando su construcción -según el trabajo consultado- entre 1746  y 1774.

Su voluntad póstuma expresada en documentos fehacientes en poder de particulares, fue:

  •  que dicha capilla quedara para que "la administre y cuide como patrón" su sobrino don Claudio Ceballos. "Advierto -dice el documento- que dejo de tierras para la capilla, a la parte del norte hasta la punta de la primera loma de piedras, a la parte del sud hasta una zanja que hace del otro lado del horno de quemar ladrillos y a la parte del naciente hasta el primer ojo de agua, como que sale de mi casa para la iglesia, y al poniente a topar con el arroyo, y el número de ornamentos necesarios, los que aparecen en el inventario que de ellos hizo el Dr Joseph Tejeda Liendo, Cura de este beneficio y lo más que hubiere que agregar y lo declaro hasta que conste" .
  • En otras claúsulas testamentarias también alude a la capilla: ...."Declaro -dice en una de ellas- que dejo un mulatillo llamado Joseph Ermenegildo, dedicado par a sacristán de dicha capilla; y si en algún tiempo quisiere ser vendido, mando no se le impida, cuya venta correrá por mano del patrón de dicha capilla, y dicha plata, en caso de ser vendido dicho mulato, es mi absoluta voluntad se refunda en adorno de dicha capilla". 
  • Agrega en otra parte, que deja ... "dos mulas chúcaras para que se vendan para el bien de la capilla, y también una petaca, dos pailas y otras cosas con el mismo fin".
  •  Por otra cláusula deja ..." para Nuestra Señora una esclava llamada Chavela Sosa".
Como dueña del templo, doña Flora les daba en él sepultura a los cristianos del lugar. En tal concepto declaró, al testar, que personas le daban aún "dos ponchos" de sepultura.
La piadosa Flora Brizuela legó parte de su propiedad a Laurencia Pereyra "en justa recompensa de sus servicios", y esta se la dio en dote a su hija María Paulina Calderón quien contrajo enlace con Domingo Olmedo. (Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, Escribanía I, Legajo 389, Expediente 4, Año 1777, y Legajo 426, Expediente 3, Año 1796)

Con respecto al edificio detalla el arquitecto Mario  Buschiazzo, "Arquitectura religiosa popular en la Argentina"en el Boletín de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, Año IV, N° 4, Buenos Aires, 1942  que ... la capilla de Pocho es una de las pocas cuyo autor se conoce, pues fue el alarife Juan Pedro Perales, según lo certifica en el testamento su esposa doña Margarita Martínez, declarando asimismo en dicho documento, que recibió un lote de terreno en pago de su trabajo".

Interesante lo que expone a continuación el trabajo consultado:
"Integraban la antigua estancia de Pocho, hasta 1746, las tierras de Mogigasta y SAuce que el Capitán Estanialao Toledo Pimentel vendió al Capitán Francisco Calderón en noviembre de aquel año por 500 pesos "de 8 reales". Las tales tierras fueron deslindadas del resto de Pocho por un juez comisionado: Suazo de Chinchilla.
Para el lado de Pachango llegan hasta los confines de la estancia. Para la sierra "todo lo que tuviera hasta las caídas del monte, y para la laguna otra legua y para la parte de Pocho hasta el lindero y mojón que el dicho juez puso enla mensura que hizo de una legua cogiendo por centro la capilla vieja de Pocho hasta donde dio una legua y de dicho mojón cogiendo el rumbo y deresera a la sierra que cae al lado, las cuales son las tierras de Mogigasta y Sauce."
Esto nos hace suponer que antes de que Flora Brizuela adquiriera  la estancia de Pocho, donde hizo construir la capilla, ya había una "capilla vieja" que sirvió en 1746 como punto de referencia para la medición y deslinde de aquellas tierras." Información que obra en documentos en poder de particulares.

INTERPRETACIONES PLÁSTICAS 
DE DIFERENTES PINTORES, EN DISTINTOS TIEMPOS.






jueves, 11 de abril de 2019

HISTORIA DEL VALLE: LA MASACRE TRANSERRANA QUE MARCÓ LA HISTORIA DEL SIGLO XIX EN ARGENTINA

Por Carlos Bogossian (Autor de “Nono Oasis Comechingon en Traslasierra” Historia de la localidad de Nono)
Historia del Valle: La masacre transerrana que marco la historia del siglo XIX  en Argentina
La masacre transerrana que marco la historia del siglo XIX en Argentina
 CAMPAÑA DE LA SIERRA: EL INICIO DEL TERROR SISTEMÁTICO EN LA HISTORIA ARGENTINA

Derrotado el brigadier General Bustos en San Roque, el 22 de abril de 1829 Se generalizó la insurrección contra José María Paz en todo el territorio provincial y las guerrillas federales fundamentalmente en nuestro oeste no dieron tregua a las partidas pazistas. Se sucedieron los fusilamientos y Paz obtuvo, por parte de la legislatura, facultades extraordinarias en agosto de 1829, librándole las manos para materializar la campaña más sangrienta del siglo en Córdoba y el inicio del terror sistemático en la Argentina y  sus guerras civiles
Los unitarios justificaban el terror por la necesidad de mantenerse contra una población hostil, que en el caso de Traslasierra, venia marcando claramente su fuerte acervo federal y su profundo rechazo a las fuerzas federales enviadas desde Córdoba. Pese al envío de distintas unidades y de algunos de sus más experimentados jefes,   el oeste cordobés seguía en rebelión contra el nuevo orden instalado en la provincia tras La Tablada . El mismo Paz dejo bien en claro en sus memorias  la valiente resistencia transerrana de gauchos montoneros, con poca experiencia en batalla pero sobrados de coraje y pasión por su causa contra las experimentadas tropas que habían pasado en muchos casos por las batallas de la independencia y hasta la guerra con el Brasil.
Paz el General, el estratega experimentado, rápidamente entendió que sus victorias y su poder estarían amenazados y en riesgo siempre que en su retaguardia estuvieran vivas las fuerzas federales y el fantasma de Facundo.
En nuestro valle, no había fantasmas, había una región insurreccionada y en pie de guerra  para defender una causa, aun ante el terror y la superioridad enemiga
General Jose Maria Paz
Paz nació  hijo de criollos; su padre fue José Paz y su madre Tiburcia Haedo. En 1804 ingresó como interno en el Seminario de Loreto, donde cursó filosofía y teología, para luego ingresar en la Universidad de Córdoba, terminando así su formación como bachiller de artes, con orientación a las matemáticas, el latín y la jurisprudencia. Esta juventud de estudio y vida intelectual seguramente lo marco para siempre y le dio un perfil ciertamente diferente al de otros hombres importantes en el convulsionado y violento siglo IXX
Cuando estalló la Revolución de Mayo al igual que muchos jóvenes de su época abandonó los estudios para ingresar en su caso  al Ejército del Norte.  Alli  formó parte de las tropas del general Manuel Belgrano en las batallas de Tucumán y Salta,  obteniendo  la insignia de «los defensores de la Patria», condecoración otorgada por el Segundo Triunvirato, y por ello fue ascendido al rango de capitán. Participó en las batallas y derrotas de Vilcapugio y Ayohúma, y en la de Venta y Media, en esta última  Paz se encontró con una partida de realistas españoles que iniciaron fuego, hiriéndolo gravemente, desde ese momento  el  brazo derecho de Paz quedó inutilizado de por vida. De allí su apodo   “El Manco”. Luego  En 1814, el  Director supremo Juan Martín de Pueyrredón, lo nombró al frente de los batallones de Dragones de la Patria, ascendiéndolo a coronel.
En 1817, El  coronel Paz fue enviado por el Directorio porteño a luchar a las órdenes de  Juan Bautista Bustos contra Estanislao López, caudillo santafesino y jefe de las fuerzas federales al oeste del río Paraná, en la batalla de La Herradura (Córdoba), donde López venció a Paz y a Bustos.
El Directorio de Pueyrredón ordenó a todos los ejércitos nacionales que hicieran deponer las armas a los federales. Hacia tal objetivo se dirigía el Ejército del Norte cuando, el 8 de enero de 1820, en las cercanías de la entonces posta de Arequito, el general Juan Bautista Bustos, acompañado por los coroneles Alejandro Heredia y José María Paz, sublevaron a una parte importante del ejército que volvía a Buenos Aires.  Querían en principio mantenerse apartados de la guerra civil  y  terminar el proceso de independencia y lucha contra los realistas.
Con el Ejército a cuestas volvieron a Córdoba, donde Bustos se apoderó del gobierno de la provincia contra la posición de Paz y otros militares   Paz intentó derrocar a Bustos, pero fue obligado a retirarse a Santiago del Estero, donde permaneció dos años fuera de la política. En 1823 viajó a la provincia de Catamarca para instruir a doscientos soldados, a los que denominó Batallón de Cazadores, para participar en la última campaña al Alto Perú.
La Argentina debió emprender la llamada Guerra del Brasil o Guerra argentino-brasileña (conocida usualmente en Brasil como Guerra da Cisplatina) para liberar a la Provincia Oriental y a las Misiones Orientales, ocupadas por los lusobrasileños desde la derrota de José Artigas, que resultaba completa desde la batalla de Tacuarembó, de 1820. El conflicto militar de toda la Argentina con el Brasil se inició abiertamente en 1825 y concluyó desventajosamente ―pese a las victorias argentinas― en 1828.
Incorporado al Ejército Republicano con las tropas que había formado para la inútil campaña del Alto Perú, fue puesto al frente de las mismas, ya oficialmente llamadas Regimiento de Cazadores. Participó en la Batalla de Ituzaingó, donde la mayor parte de su cuerpo fue diezmado; aun así tuvo una participación importante con sólo un centenar de hombres, por lo que fue ascendido con al grado de general por disposición del general Carlos María de Alvear. Cuando este se retiró del Ejército en campaña, le hizo entrega interinamente del mando del Ejército Nacional y es nombrado Jefe del Estado Mayor General, pasando a ser el primer Comandante General de carrera en la Argentina. Luego de firmada la paz con Brasil, Paz regresó a Buenos Aires, donde el general Juan Lavalle ―que acababa de derrocar al gobernador legal Manuel Dorrego― lo nombró su Ministro de Guerra. Pero se dedicó a formar un ejército que lucharía contra los caudillos del interior. Paz, de carácter independiente, se separó de Lavalle y decidió unirse a los unitarios para atacar al líder de los federales del interior, el general Bustos, que aún gobernaba Córdoba.  Se puso en marcha contra su excamarada Bustos, avanzando sobre Córdoba con una fuerza  de veteranos de la Guerra del Brasil , reclutas, y  sobrevivientes  de la derrota unitaria de Puente de Márquez. Bustos se retiró al valle de San Roque (actual Lago San Roque), donde fue derrotado por Paz el 22 de abril de 1829. Paz asumió como gobernador delegado por Bustos, pero Bustos pidió ayuda a Facundo Quiroga, quien acudió en su auxilio. Sin embargo, estos fueron derrotados en la batalla de La Tablada los días 22 y 23 de junio de 1829.
Después de la batalla, comenzaron a verse algunos detalles de aplicación de medidas de  terror y escarmiento como cuando sus experimentados oficiales fusilaron a varios oficiales prisioneros. Fueron fusilados por orden del coronel Dehesa, jefe de estado mayor  23 oficiales y 120 soldados de Quiroga que habían caído en poder de los vencedores.
“Se hace formar a los prisioneros en filas sucesivas, de a uno, y un sargento enumera de derecha a izquierda. Cuando llega a cada quinto hombre, le ordena que dé un paso adelante. De ese modo se apartan ciento veinte hombres, se les conduce hasta el borde de una zanja y se les fusila.” 
Traslasierra insurreccionada
El panorama que recibe Paz ni bien se apodera del gobierno de Córdoba, es que buena parte de la población cordobesa, fundamentalmente la campaña le era contraria, con un  fuerte rechazo a su persona y a sus planes enmarcados en el unitarismo, en ese ambiente hostil se destacaba nuestro oeste, que además tenía el plus estratégico de limitar con los reductos federales de La Rioja y  San Luis. De esta situación el general deja sus impresiones en sus “Memorias”:
“Los semblantes de todos los pocos habitantes que encontrábamos – dice – nos manifestaban bien a las claras que no acogían bien nuestra llegada, y su taciturnidad parecía presagio de una sublevación en masa…Había pasado casi un día que estábamos cerca de la capital y que el camino estaba libre, y un solo hombre, una sola carta, una noticia de cualquier clase, no se había aproximado a nosotros.” (General Paz. Memorias póstumas – A.Garcia Mellid, Proceso al Liberalismo Argentino, p.224)
El por entonces dueño de la suma del poder en la provincia de Córdoba, durante meses  dedico un denodado esfuerzo por apaciguar a los rebeldes curatos transerranos, envió un sin número de partidas, cada vez más importantes, pero siempre con el mismo resultado; volvían derrotadas y con la noticia, de que la zona seguía rebelada aun peor que antes de los envios.
Sobre esta situación le indicaba en una misiva el Coronel Hilarion Plaza Comandante General de la Frontera del Oeste al General Jose Maria Paz
“La sierra se halla enteramente sublevada, raro es el hombre que se encuentre en su casa, porque todos están con los vándalos. En mi juicio es preciso, para contener este mal, el que V.E destine fuertes divisiones, que obran todas en combinación, porque siendo la única la que está a mis órdenes, que puede perseguirlos, ellos se retiran cuando les conviene y dejan burladas mis esperanzas”
Ante este panorama Paz decide actuar y terminar con el temor y el nerviosismo que le entregaba día a día la retaguardia sublevada de la provincia bajo sus órdenes
Se lanza la Campaña de la Sierra
La pequeña Vendée (Departamento del oeste de Francia que se sublevo contra la republica 1893-1896) como le llamaba Paz le quitaba el sueño, no solo por las fuerzas o montoneras federales transerranas, sino fundamentalmente por lo que ellas podían significar en la correlación de fuerzas, ante la inminente invasión de Facundo Quiroga. Dice Paz en sus memorias;
“Los valles situados el oeste de dicha serranía eran el teatro de la insurrección y el desorden. Preferí pues mover una masa considerable de fuerzas distribuidas en varias divisiones y pasando la sierra por otros tantos caminos, caer simultáneamente sobre los valles, abarcando una gran extensión de territorio.
El 31 de diciembre en medio de una fuerte tempestad y con una densa niebla las fuerzas unitarias cruzan las sierras grandes hacia nuestro valle, cuya población ni imaginaba la llegada de una operación militar de semejante envergadura.
Relato de Paz en sus memorias “El Coronel Echeverria, casi despuntando el extremo sur de la sierra toco la provincia de San Luis, y girando a su derecha franqueo las reuniones enemigas que bordeaban su pendiente occidental, el Coronel Lamadrid con otra División atravesó la sierra enfrente de San Javier, otra división a mis órdenes hizo lo mismo en dirección a Nono, una cuarta aunque más pequeña atravesó la sierra más a mi derecha y finalmente el Coronel Plaza con la última, hizo otro tanto para caer sobre Pocho, desde donde con un movimiento contrario al del Coronel Echeverria, se aproximó lo conveniente a las divisiones del centro”
Según Barrionuevo Imposti en su Historia del Valle de Traslasierra así se desarrolló militarmente desde lo lógico la invasión unitaria a territorio federal transerrano
La columna central de la invasión al mando de Paz probablemente habría seguido el siguiente camino; por la Cuesta de Argel, hasta la Estancia de San Miguel y luego por la Cuesta de Loma Pelada, hasta lo que es hoy el Paso de Las Tropas en la localidad de Nono y Las  Calles. En tanto que el  Mayor Luna  lo habría hecho por el Camino Viejo de la Pampa de Achala, desde Las Ensenadas hasta San Lorenzo. El Coronel Plaza por su parte quizás ha seguido la ruta que pasa por la Pampa de San Luis y Quebrada de Guasta y que luego sigue por la Cieneguita y Quebrada de Mussi hasta la Pampa de Pocho.
Las fuerzas de Paz toman el oeste 
Inmediatamente entraron a la región las distintas divisiones comenzaron, lo que a la postre sería el único enfrentamiento. Así lo relata Paz
“hubo muchos encuentros, más en todos fueron arrollados con  pérdidas los enemigos y perseguidos sin descanso”
“Encuentros” dice Paz con lo que deja bien en claro que sus fuerzas nunca tuvieron un enfrentamiento medianamente importante con las montoneras federales, que como podemos imaginar ante el impecable movimiento militar en forma de pinza que barría con destreza de Norte a Sur todo el valle poco podían llegar a hacer o responder, más que buscar el abrigo del monte y soñar con no ser encontrados.
En todo lo que duro la Campaña de la Sierra, no hubo en ningún momento una mínima simetría entre las fuerzas. La supremacía unitaria era abrumadora en hombres, armas y sobre todo en experiencia. Unos los de este lado de las sierras jóvenes y viejos rebelados, organizados como podían en pequeñas partidas, casi sin armas, aunque si con el conocimiento profundo del terreno, sin un mínimo orden militar o mando centralizado. Mientras que del otro lado se encontraba una fuerza de línea, con buena parte de sus hombres y su Comandante veteranos de las batallas de la independencia, de la Guerra del Brasil y de la Guerra Civil, con disciplina militar, mejor pertrechados y al mando de quizás sin ánimo de equivocarnos el estratega más importante que dio sobre un campo el ejército argentino, como lo admitieron los mismos federales tras cada derrota.
Hasta aquí lo que podía ser una mera campaña más de las guerras civiles, donde uno de los bandos en disputa invade un territorio o provincia enemiga y luego de enfrentamientos más o menos cruentos, el ganador pasa a ocupar el poder.
Pero lo que intentamos demostrar en nuestro trabajo es que lejos se estuvo de eso y que desde nuestro punto de vista  la campaña de la sierra es el inicio del terror sistemático en la historia argentina.
El General Jose Maria Paz durante la invasión a nuestro valle instauro y pergeño un  Plan Sistemático de represión y terror sobre las fuerzas y todo aquello que fuese o pareciese federal en Traslasierra. Hubo órdenes estrictas de pasar a degüello a todo federal u hombre o mujer que  pareciese federal. En el camino había mano libre para realizar cualquier tipo de atropello sobre la población en armas (la menos numerosa) y la civil
Para financiarse recurrió al mismo método que condenaba en sus enemigos federales, reuniendo contribuciones o confiscaciones  forzosas entre los vecinos del valle,  a quienes se negaban a  pagar lo esperaban la muerte y tormentos propios o los de sus familiares
Historia del Valle: La masacre transerrana que marco la historia del siglo XIX  en Argentina
El grado de salvajismo alcanzado por las tropas al mando de Paz y sus oficiales, lo manifiesta con claridad hasta sus propios hombres como el Mayor Domingo Arrieta en sus memorias
“Los coroneles Lira, Molina y Cáceres rindieron la vida entre suplicios atroces. Sus cadáveres despedazados fueron exhibidos en los campos de Córdoba y expuestos insepultos.” Así pudo decir un oficial de Paz, después de explicar cómo habían adoptado la medida de “no dejar vivo a ninguno de los que pillásemos”, que:… “mata aquí, mata allá, mata acullá y mata en todas partes, fueron tantos los que pillamos y matamos que, al cabo de unos dos meses, quedó todo sosegado.”
“Los prisioneros son colgados de los árboles y lanceados simultáneamente por el pecho y por la espalda… A algunos les arrancan los ojos o les cortan las manos. En San Roque, le arrancan la lengua al comandante Navarro. A un vecino de Pocho, don Rufino Romero, le hacen cavar su propia fosa antes de ultimarlo, hazaña que se repite con otros. Algunos departamentos de la Sierra son diezmados. Por orden, si no del general, de alguno de sus lugartenientes, ciertos desalmados, como Vázquez Novoa, apodado Corta Orejas, el Zurdo y el Corta Cabezas Campos Altamirano, lancean a los vecinos de los pueblos, en grupos hasta de cincuenta personas.” (Manuel Gálvez. Vida de don Juan Manuel de Rosas. p. 130)
Paz en sus memorias, no resiste su propio espejo e indica; “la campaña de la sierra se llevó a cabo con algunos actos de severidad”  
Por su parte en su obra maestra anti Federal Jose Rivera Indarte , conocida como Tablas de Sangre. El escritor cordobés decía en su periódico escrito en Montevideo sobre la lucha contra las montoneras federales en 1830 “El Nacional se complace en recordar ochocientos de esos asesinatos brutales, no sobre soldados de Rosas, sino sobre argentinos de Córdoba, de San Luis, de La Rioja.”
Tomando en cuenta que Paz indicó que hubo solo encuentros con pequeñas partidas enemigas y que admitió algunos actos de severidad, es muy difícil explicar llegar a 800 muertos. Salvo que abonemos la tesis asumida por los propios hombres de Paz, como ya dijimos, e indiquemos que sobre Traslasierra lo que se vivió fue una invasión cargada de  terror y muerte en forma de sistema para en primer término doblegar y “pacificar” el valle rebelde, extirpando de raíz el germen federal y allí incluimos no solo las montoneras armadas sino la población civil, que claramente como lo indican los principales historiadores y todas las referencias de época, era claramente simpatizante en su gran mayoría de la causa federal.
En segundo termino lo que Paz busco llevar adelante en nuestra región con su campaña, era algo que el unitarismo con sus diferentes referentes venia marcando cada vez con más fuerza desde el inicio de la guerra civil, ante la impopularidad de su causa en los pueblos del interior, solo la severidad y el terror podía modificar el status quo reinante, esta idea no es solo propiedad ni de Paz, ni de los Unitarios, a lo largo de la historia de nuestros país y del mundo muchos otros las han llevado adelante con distinta suerte.
Finalmente desde el plano militar una ocupación exitosa, con los departamentos de la sierra totalmente “pacificados”  le permitían a Paz, la tranquilidad de una retaguardia segura, que le permitiera sin sobresaltos esperar y preparar la defensa de una nueva invasión que finalmente Facundo Quiroga llevo adelante contra Córdoba donde fue vencido nuevamente en la Batalla de Oncativo, mediante una formidable maniobra que el general Paz implementa, lo que le hizo decir a Quiroga con admiración  «es un general que gana batallas con figuras de contradanza», en alusión a sus conversiones y flanqueos.
Jose Maria Paz  murió en Buenos Aires en el mes de octubre, de 1854 y fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta con los más altos honores
En 1944, por iniciativa de Víctor Martínez, diputado nacional por Córdoba, se creó el Liceo Militar General Paz en la ciudad de Córdoba. En 1956, cadetes de la décima promoción del Liceo trasladaron los restos de Paz desde la Recoleta hasta la Catedral de Córdoba. Años más tarde, por decisión de sus descendientes, los restos de su esposa fueron repatriados desde Brasil, y también descansan junto a los de Paz.
Conclusión final
Paz organizó una formidable operación militar  sobre Traslasierra “La Campaña de La Sierra.  Esta campaña que incluyo una verdadera masacre con todo tipo de atrocidades y  en donde  algunos autores llegan a mencionar dos mil quinientos muertos. Es sin duda el inicio del terror sistemático en la historia Argentina, si bien en la ya iniciada guerra civil, habían existido actos de terror, eran propios de enfrentamientos o acciones aisladas propias del estado de guerra. Pero lo que se llevó adelante en nuestro valle bajo las ordenes específicas del General José María Paz fue un plan sistemático de muerte y terror que sirviera de escarmiento para la población del interior del país mayoritariamente sumada a las filas federales que rechaza el orden unitario que Paz había empezado a imponer.
La Campaña de la Sierra gracias a  su triste legado, es sin dudas  un antes y un después en las guerras civiles argentinas  y por ello ubica a Traslasierra en el centro de la historia nacional del siglo IXX. Un hecho poco conocido, olvidado e invisibilizado por la historia oficial del país y de nuestro oeste que merece ser difundido en todo su valor e importancia.