Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

martes, 16 de septiembre de 2025

Chancaní: El hueco de Colerio.

         

    Adentrarse en la historia del lugar donde vivimos nos da una visión profunda y más consciente como para interpretar, no solo las dificultades o la alegría de los cambios provocados por la modernidad, sino intentar comprender el pensar y sentir de nuestros antepasados.

Tal vez posicionarnos desde una ventana de observación podremos interpretar el pasado para reconocer, valorar y admirar la templanza, el sostén y la fuerza que fueron pilares para los que nos antecedieron.

En esta nota deseo compartir la emoción de un rincón mágico que se encuentra a 4 kilómetros del pueblo de Chancaní: El Hueco de Colerio.

Llevando nuestros pasos hacia el este del pueblo será necesario trepar por un camino pedregoso hasta llegar a un túnel que se encuentra debajo de piedras lajas, tan características en esta zona. Tiene aproximadamente 10 metros de largo, y se encuentra al costado del Río Mérmela.

 Desde la oscuridad de su hondura el canto del agua aparece y se desliza por un canal que lleva la frescura de las vertientes nacidas en la cumbre de la sierra de Pocho.

Según relatos publicados en la revista “Chancaní desde adentro” el nombre de este lugar lo lleva en honor al apellido de su creador, un descendiente de los Comechingones, que habitaba en ese lugar a finales del siglo XIX.

"Nunca se supo con exactitud si Colerio tuvo familia o era un habitante solitario de la zona. Lo cierto es que él vivía en una casa hecha de piedra en la parte oeste del hueco de Colerio, en una de las pequeñas porciones de tierra que hay en las sierras de Chancaní, donde las piedras son los principales protagonistas del terreno.

Al lado de su casa tenía un horno de barro y una pequeña huerta, elementos que usaban para generar comidas que lo alimentaran. Pero una dificultad muy severa tenía en cuanto a la huerta, ya que al estar ubicada en terreno más alto del desnivel del Rio Mérmela, se le hacía muy dificultoso el riego de su siembra, es por ello que Colerio construyó una acequia por la parte alta del sur del rio ya mano, tal vez acompañado de alguna precaria herramienta de piedra, tuvo que agrietar el gran cordón rocoso que evitaba la conexión entre la acequia y su huerta.

En la década de 1960 cuando se emprendió la construcción del canal de agua en Chancaní, se utilizó el hueco de Colerio y la acequia que él mismo había construido como guía por donde iría el conducto de agua.

En la actualidad el “Hueco de Colerio” es una más de las tantas maravillas naturales y construidas por la mano del hombre que tiene Chancaní.”

Fuente: Grupo de Facebook Chancaní Desde Adentro.

RETAZOS DE HISTORIA DEL OESTE CORDOBÉS. Principios del siglo XX. Río y Achaval. Zona de Chancaní. Parte 1


Fascinante fue leer la obra GEOGRAFÍA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA, de los Ingenieros Civiles Manuel Río y Luis Achaval, quienes a principios del siglo XX recorrieron el territorio de la provincia de Córdoba para dejar detalladamente no solo lo observado, sino sus apreciaciones e inspiraciones del entorno.

 Esta obra  encargada por el Gobierno de la Provincia y publicada en 1905, fue un proyecto para la construcción del territorio provincial, relacionado con la valoración de las áreas de Córdoba y su inserción en el modelo agroexportador y turístico nacional de esos tiempos. 

En esta nota, a partir de algunos fragmentos, focalizaré el oeste cordobés con la intención de estimular la imaginación. A mi me pareció maravilloso introducirme en la lectura, la que me llevó a caminar entre un entorno atractivo y misterioso de entonces, razón por la cual los invita a disfrutarlo como lo hice durante las tardes de investigación y placer.

En la página 15 podemos leer e imaginar la zona de Chancaní a comienzos del siglo XX:

…" La región situada al Oeste del macizo montañoso pertenece á la Provincia de Córdoba en una extensión de 20.000 kilómetros cuadrados próximamente, correspondiendo, del punto de vista geográfica, a los llamados “llanos de Chancaní” que se extienden hasta las cadenas de la precordillera. Comienza al pie mismo de las faldas de las sierras de Pocho, se inclina sensiblemente hacia el poniente y presenta una vegetación enmarañada, compuesta de arbustos y árboles de cortas dimensiones. La tierra es en ella muy fértil, pero hasta ahora no ha sido aprovechada en explotaciones agrícolas de importancia por causa de la falta de agua, elemento éste que, con razón ó sin ella, se considera indispensable, y no es posible obtener sino en pequeñas cantidades mediante el embalse en represas de las avenidas originadas por la lluvia.

Otras imágenes comparando la campaña con lo urbano, páginas 21 y 22 :

… “En las campañas subsisten todavía, sobre todo en las del Norte y Oeste, entre las innovaciones de un efectivo progreso, el rancho de horcones y barro, sucesor inmediato del toldo indígena, y la sólida vivienda de los amos de la estancia colonial.

*Fuente imagen:  www.parquesnacionales.gob.ar  - Oscar Cozzani