Fue apasionante leer página por página aquellos libros tan antiguos durante el año 1999. Fue un camino de hojas amarillentas, desgastadas, con una escritura tan particular que a veces me hacía titubear.
Rodeada del silencio propio de la Casa Parroquial me sentí profundamente feliz. En primer lugar por la confianza brindada por el querido Padre Pedro López, quien me había autorizado a realizar la investigación. En segundo lugar, por la oportunidad que me permitió abrir una de las tantas puertas del pasado para conocer, interpretar, valorar y honrar a los protagonistas del pasado.
Despaciosamente y con sumo cuidado durante días absorbí cada palabra percibiendo la fragilidad del papel y el desprendimiento de polvo acumulado durante años.
Rodeada del silencio propio de la Casa Parroquial me sentí profundamente feliz. En primer lugar por la confianza brindada por el querido Padre Pedro López, quien me había autorizado a realizar la investigación. En segundo lugar, por la oportunidad que me permitió abrir una de las tantas puertas del pasado para conocer, interpretar, valorar y honrar a los protagonistas del pasado.
Despaciosamente y con sumo cuidado durante días absorbí cada palabra percibiendo la fragilidad del papel y el desprendimiento de polvo acumulado durante años.
Así comencé el camino hasta completar mi primer trabajo "Polvo del pasado, oro del presente" conmemorando los 50 años de la inauguración del nuevo templo de la Iglesia de Salsacate. Hasta hoy resuenan en mis oídos las voces de quienes fueron las fuentes orales de vivencias: Martita Cisterna, Delicia Britos, libros abiertos de un pasado rico en recuerdos. Hoy no están físicamente para narrar historias de aquel Salsacate de entonces, pero sus palabras quedaron como huellas en algunas páginas y en mi corazón.
Pasaron veinticinco años, así como un suspiro, y nuevos datos se incorporaron.
En esta entrega focalizo en 1765, invitando a profundizar cada tema presentado en las referencias detalladas.
1 comentario:
Qué gran trabajo, Prof Acevedo! Hoy día ni los historiadores de la universidad pueden consultar esos documentos, según me cuentan.
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