En breve conmemoraremos el 248º Aniversario de la firma del Pacto de Los Chañares ocurrido en 1774. Noveno año que el Grupo Solidario "Compromiso Pochano" organiza, promueve y difunde este hecho desconocido.
El lugar quedó diluido en el tiempo y el espacio, pero los hechos año a año, van dejando una estela de reconocimiento al valor y compromiso de hombres y mujeres que habitaron en otros tiempos la actual Región de Traslasierra.
¿Qué es el “Pacto de Los Chañares”?
En 1774, en el Curato de
Traslasierra un grupo de criollos se levantó
en armas contra las autoridades virreinales locales, para hacer escuchar su
voz, ya que el sometimiento, el abuso y las frecuentes represalias habían
llegado a un punto tal que decidieron arremeter contra el despotismo encarnado
tanto en el Maestre de Campo como en el Juez Pedáneo.
Esta rebelión tuvo sus
consecuencias, preocupando principalmente al Cabildo de Córdoba, quien ante la
inesperada manifestación de rebeldía de los transerranos, envió al Maestre de
Campo Juan Tiburcio de Ordóñez, en calidad de mediador y ejecutor de medidas
necesarias para revertir la situación. En esta instancia, después de intentos
de diálogos, se acordó firmar un pacto entre las partes, el que se concretó el
28 de Abril de 1774, en Villa de Pocho.
¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron esta rebelión?
El Curato de Traslasierra, (hoy departamentos
Pocho, Minas, San Alberto y San Javier) pertenecía al Virreinato del Perú. En
regla general podemos definir esta época como una etapa de marcado nepotismo en los aspectos: políticos,
religiosos, militares y comerciales. Esto favoreció en todo sentido a las
familias más poderosas, tanto de la ciudad como en la campaña, quienes, además
de obtener suculentos reembolsos por los negocios que realizaban, se ubicaron
en los cargos más representativos estableciendo alianzas familiares, políticas
y comerciales a través del matrimonio.
Fue una época en la que gran número
de comerciantes, en su mayoría peninsulares, llegados desde el Perú,
adquirieron extensas propiedades estableciendo estancias para continuar con sus
negocios. En cada lugar, ejercieron el dominio absoluto sobre los moradores con
todas las fuerzas. El Curato de Traslasierra no estuvo exento de estas
características.
El temor, la angustia y el
persistente cansancio al estar permanentemente doblegados a la voluntad de
quienes, con total impunidad, los utilizaban para su propio beneficio. El
trabajo de sol a sol, los castigos, los desenfrenos para con las mujeres y las
carencias bajo el yugo de las autoridades, seguramente fueron acrecentando los
deseos de buscar soluciones a corto plazo. Las voces del Maestre de Campo y el
Juez Pedáneo eran la ley, sin contemplaciones, sin mesuras, sólo el abuso en
todas sus manifestaciones. Tanta presión, que involucraba a sus familias,
determinó que se reunieran en las llamadas “juntas”. Poco a poco, se fueron
sumando desde los distintos puntos del Curato: Ambul, Pocho, Las Tapias, Río de
los Sauces, Santa Rosa, Los Cerros, San Lorenzo, La Tablada, Panaholma, Las
Palmas, Nono, San Javier y otros. Según la documentación llegaron a sumar entre
200 y 300 hombres.
Se autodenominaron como “la voz
del común”, es decir que las decisiones que tomaran era a una sola voz, sin
nombre alguno. Todos, campesinos, artesanos, y algunos hacendados compartían
una cultura y experiencias de vida comunes: ir periódicamente a la frontera
como milicianos, sufrir los traslados y arbitrariedades de funcionarios como
Isasa o Tordesillas, quienes actuaron con el mayor despotismo que se pueda
imaginar.
¿QUÉ PROPONÍA EL PACTO?
El 28 de abril El Común presentó
su petitorio en ocho puntos y fue firmado por ambas partes:
1) que Isasa y Tordesillas fueran
quitados de sus cargos y expulsados del valle en el plazo de un mes junto a sus
familias y bienes.
2) “… no ha de gobernar este
valle ningún hombre europeo…”
3) “…no combiene que haiga
maestre de campo en este valle…”
4) que Basilio Quevedo fuera el
Sargento Mayor nombrando a los capitanes y con las atribuciones de “… quitar y
poner otros al gusto de su gente…”.
5) que los capitanes puedan nombrar
a sus colaboradores, es decir “… pudieran entender en lo civil cada uno entre
su gente, y que ningún juez pueda entrar sin pedir auxilio a los capitanes o
jefes de su compañía”… y que “… haciéndolo se lo darían…”
6) que se les entregasen las
armas que fueran pagadas en su momento al maestre de campo Isasa, recibiendo
este el importe de las mismas en plata y caballos.
7) que el Sargento Mayor Moreno
(traidor del movimiento) no tuviera cargo alguno;
8) que no se culpe a ninguna
persona individualmente sino al común por las molestias que puedan haber
causado.
Ordóñez les otorgó el perdón
general.
¿Qué ocurrió después?
Ordoñez permaneció en
Traslasierra hasta mediados de julio. Su objetivo fue obtener información entre
los vecinos y participantes de las “juntas a través de sumarias”. Esta actitud
evidenció la intención de no cumplir con lo pactado. Ante tanta presión e
incumplimiento de lo pactado, El Común decidió llevar la voz hasta el Cabildo
en Córdoba.
Después de ser recibidos como
salvajes y rebeldes, tomaron prisioneros a los 16 que habían ingresado para
parlamentar. Tiempo después mediante un juicio vergonzoso y despojados de sus
propiedades, algunos fueron destinados a la frontera, otros regresaron a sus
lugares; mientras que el líder Basilio Quevedo quedó atrapado en la oscuridad y
el olvido, ya que no se supo nunca más nada de él.
En el mes de noviembre, Isasa y Tordesillas fueron
repuestos en sus puestos con el argumento que “… ninguno de los 299 hombres
convocados habían expresado queja alguna de ellos…”.
Fuente: REBELIÓN DEL COMÚN. Pacto de Los Chañares 28 de Abril de 1774. Gladys Acevedo. 2018
Estos nombres nos recuerdan a más de 300 transerranos galopando sobre la pampa, buscando en “la Voz de El Común” Justicia y Libertad.
Basilio Quevedo
(Punta del Agua)
Eugenio Heredia
Cipriano Hurtado de Lara
(Las Tapias)
Bartolomé Gallardo
Manuel Gallardo
José Cuello
Francisco Rivarola,
(San Lorenzo)
Bernardo Urquijo
Luis Arana
Mateo Cejas,
Inocencio Villafañe
Pedro Juan Balla
(Las Rosas)
Domingo Olmedo
Ignacio Núñez
Ignacio Quevedo
Policarpo Cuello
Agustín Olmedo
El Levantamiento de Traslasierra quedó escondido
entre amarillos expedientes durante más de dos siglos.
Hoy, la Voz de “El Común, resplandece sobre el territorio
que alguna vez fuera escenario
de hombres y mujeres valientes capaces de hacerse escuchar.
Tal vez no fue el momento, tal vez fue necesario
que durmieran los hechos para estallar en este presente
con otros personajes, con otra realidad;
pero en esencia cumpliendo la misión que se habían propuesto:
llevar la voz de la libertad de los pueblos.
Cumpliéndose 248 años de aquel acontecimiento,
nuevamente se gesta la unión de los pueblos en Traslasierra,
para gritar a toda voz la esencia del transerrano,
impregnada de valor, compromiso y entrega.
¡Unidos el Valle de Traslasierra proclama a la Voz de “El Común”!
Capilla histórica de Villa de Pocho “Inmaculada Concepción de María”.
Escenario viviente de la firma del Pacto de Los Chañares.
SI DESEAS CONOCER MÁS SOBRE EL TEMA SOLICITA EL CUADERNILLO DE HISTORIA:
REBELIÓN DEL COMÚN. Pacto de Los Chañares 28 de Abril de 1774. Gladys Acevedo. 2018
Correo: gladysacevedo@gmail.com