Queridos lectores y así como en un viaje de ensueños hoy los invito a conocer la historia de Taninga, localidad ubicada a 3 km de Salsacate, ambas pertenecientes al departamento Pocho de la provincia de Córdoba, República Argentina.
Esta investigación tuvo su punto culminante el pasado 24 de noviembre ocasión en que la escuelita del lugar cumpliera 50 años desde su creación. Por esta razón y como regalo a esta comunidad pochana presenté mi libro Centenario del Centro Educativo "Antártida ARgentina" 1957-2.007.
ORIGEN DE TANINGA
Quienes buscamos el origen de las cosas como para acercarnos a la esencia de la realidad nos preguntamos:
¿Qué significa Taninga?
¿Desde cuándo existe esta localidad?
¿ A partir de qué hechos o circunstancias comenzó a configurarse esta localidad hasta llegar a nuestros días?
Para dar respuesta a la primera cuestión podemos decir, según versiones locales, que Taninga significa Fundición. Esta acepción queda suspendida en relatos y apreciaciones que fueron transmitidos de generación en generación; simplemente porque a la fecha no tenemos precisión de documentos históricos que afirmen o nieguen los conceptos que pululan entre los pobladores.
Desde otra perspectiva y gracias al aporte del Dr. Raúl Irigoyen, incansable buscador de significados, nos manifiesta que existen dudas acerca si Taninga es una palabra indígena. La razón es que en un país africano hay un pueblo con ese nombre; sumándose que también es una voz polinesia con varias declinaciones; en tanto en España se pescó una vez un calamar gigante al que llamaron “ Taninga Danae”. Y para terminar, en Australia hay un odontólogo con ese nombre como apellido.
Con respecto al segundo interrogante se dificulta la precisión sobre el origen por las mismas razones que la anterior quedando -hasta la comprobación fehaciente- que esta población ya existía antes de la llegada de los españoles tomando como punto de referencia los escasos morteros que a lo largo de la ribera del río Jaime se pueden observar.
La tercer pregunta se hace más concreta ya que además del testimonio de protagonistas de la época algunos documentos corroborarían esta circunstancia. La respuesta se basa a partir de los datos que aportaron la Srta. Amelia
Isleño y la Sra. Gilma de Cavadini en el año 1997, junto a la información proporcionada recientemente por el Dr. Raúl Irigoyen. Me resulta imprescindible resaltar que tanto la Srta. Isleño como el Dr. Irigoyen son descendientes directos de los fundadores de la actual Villa Taninga: Don Pedro Isleño y el Sr. Raúl Manuel Irigoyen. A la fecha no tengo datos del señor Juan Cosme Mezzini, tercer protagonista de la fundación.
Según el registro de datos pude constatar que lo que hoy es el loteo de Taninga, tuvo su origen aproximadamente, en la década el 20, en un encuentro entre el señor Luis Senesi con Don Pedro José Isleño en Santa Rosa de Río Primero. Senesi en esa oportunidad manifestó a su interlocutor que en el departamento Pocho, pedanía Salsacate había una propiedad de aproximadamente de 300 hectáreas que el banco estaba por rematar. Después de informarle que la región era linda y con un buen clima le preguntó si no se animaba a comprarla. Isleño se interesó en este comentario y resolvió visitar el lugar para entrevistar al dueño de la propiedad: el señor Fidel Pacheco. La estancia se conocía con el nombre de “El Molino”.
Apenas arribó a esta zona visitó al Sr. Pacheco y juntos recorrieron la propiedad observando las posibilidades que podría brindarle en un futuro. Después de una larga conversación y acuerdos resolvió adquirir esta estancia antes de que fuera rematada.
Qué le llamó la atención a Don Pedro Isleño? Dentro de esta propiedad estaba el casco de la estancia. Una casa estilo colonial, con grandes piezas, una galería interna y amplísimos galpones, paredes de ladrillos y pisos de tierra. Separado de esta, en un rancho con paredes de adobe, estaba instalado el molino harinero. Allí se encontraba un gran cilindro revestido de tela donde se cernía la harina. Al lado , en otra habitación, se encontraba la rueda de madera colocada en un gran eje del mismo material, dividida en compartimientos en donde caía el agua que hacía girar la rueda. Allí se encontraban las piedras que trituraban los granos de trigo. El agua que movía semejante rueda se originaba en una toma de agua emplazada más al sur de lo que hoy es el camino a San Juan. Por medio de una acequia se la llevaba hasta una represa próxima a la rueda que a su vez se concentraba en un contenedor más chico, en forma de V. Había un desnivel muy marcado. La misma caía con fuerza y hacía girar la rueda para trabajar en la molienda.
También había un viñedo. El señor Pacheco elaboraba vino. Recuerda la Srta. Amelia un gran tonel de madera de muchos litros donde lo guardaban.
Pasaron los años y al construirse el camino -entre los años 1929-1930 al 1950- uniendo Córdoba con San Juan en forma directa evitando rodeos y desvíos a través de los magníficos Túneles, Don Isleño resolvió instalarse en esta localidad pensando construir una pequeña estación de servicio. En esa época no había venta de nafta , aceite y otros rubros totalmente necesarios para las maquinarias de las empresas que arribaron a la zona y para los primeros automóviles que comenzaron a transitar por los rústicos caminos del departamento.
Otro de los protagonistas y de los hacedores de la actual Villa Taninga fue el señor Raúl Manuel Irigoyen quien llegó con su esposa y su hijo pequeño a estas tierras allá por el año 1.943; es decir aproximadamente veinte años después que Isleño. Su hijo el Dr. Raúl Irigoyen aportó con datos que amplían esta conformación histórica y desde otra perspectiva.
Qué encontró esta familia que venía desde Buenos Aires? Un modestísimo caserío conformado por la vieja y pequeña estación de servicio con un surtidor a mano, la hostería de Pedro Isleño y el almacén de Juan Bustos junto a su casa.
Pedro Isleño atendía la estación mientras que su esposa y sus dos hijas se ocupaban de la hostería que contaba con cinco habitaciones. Taninga era un páramo. La ruta 20 o ahora ex 20, se estaba comenzando a construir.
“Villa Taninga es otra cosa e invento de mi padre.– comenta el Dr. Irigoyen- A los 30 años había sido gerente de la División Bahía Blanca de YPF. Hizo una carrera brillante en este Organismo y debido a su cargo de Jefe de Racionamiento y control de estaciones de servicios en todo el país ( era la época de la segunda guerra mundial), conoció Taninga y comenzó a vincularnos con el lugar.
Perón gana las elecciones en 1945 y por razones políticas y quizás problemas militares desplaza al General Inzaguart - presidente de YPF- y a la cúpula que lo seguía, quedando cesante mi padre por supresión del cargo. Raúl Manuel, tal era su nombre, era una persona carismática, de gran visión y actividad. Sin trabajo y conociendo Taninga, al poco tiempo se le ocurre realizar un loteo en el lugar, similar a los que ya se estaban empezando a llevar a cabo en lugares más importantes de Córdoba. El problema era que el campo de Isleño se encontraba hipotecado; por esa razón convocó a Juan Cosme Mezzini, su cuñado, hermano de mi madre, quien facilitó lugar en su escribanía ubicada en la calle Florida 32, de la ciudad de Buenos poniendo dinero para el negocio. También fue inversionista un señor Sievers.
Se levantó la hipoteca que gravaba el campo, se adquirió otra parte de campo a las hermanas Ladrón de Guevara y mi padre se dedicó de lleno a este proyecto. Personalmente trabajó con los agrimensores para la mensura y división del campo en manzanas, lotes y calles . Todos los vecinos y yo fuimos testigos de su denodada labor haciendo abrir calles y controlando todo los trabajos. Cuando estaba en Buenos Aires organizaba un cuerpo de vendedores de los lotes y así en poco tiempo Villa Taninga fue una realidad: se vendieron 1.200 lotes que tenían todas sus calles abiertas; y si lo solicitaban, un servicio de agua corriente y luz eléctrica.
Es así como se organizó una sociedad que se llamó Compañía de Tierras Taninga y los ingresos se establecieron del siguiente modo: Pedro Isleño el 50%, Irigoyen 20%, Mezzini 20% y Sievers 10%. A partir de allí mi padre organizó una compañía de construcciones e hizo construir la mayoría de las casas que hoy están en Taninga. Cuando falleció, a los 48 años de edad, tenía acordado un crédito del Banco de Córdoba para realizar 20 casas más. Si él hubiera vivido, Taninga sería hoy un pueblo muy importante. Debo reconocer que gracias a él Salsacate comenzó a tener luz eléctrica porque en este lugar se instaló el primer generador de energía eléctrica.
Hoy sólo quedan los versos de mi padre, quien confeccionó un acróstico para animar a los compradores y que figura en los planos del loteo:
Tierra de encanto y placer
Alegra y hace olvidar
Nuestro afán del diario bregar
Incitando al pronto volver
Nada hay mejor en visión
Gran don de natura es
Allá donde todo puedes tener
Con su versión, la Sra. Gilma de Cavadini completa esta historia comentando que la Compañía de Tierras Taninga tuvo que instalar un generador y un motor para proveer de energía eléctrica y agua corriente a las casas que construyeran . Es interesante destacar que fue en este lugar donde por primera vez en la zona un pueblo tenía alumbrado público y agua corriente.
La Compañía de Tierras Taninga hizo edificar una gran usina sobre el arroyo Cachimayo colocando en ella un poderoso motor con el cual se dio luz a esta población y a la de Salsacate. Hoy lamentablemente no existe nada de aquella usina pero seguramente los antiguos pobladores recordarán en detalle esta etapa de florecimiento de la comunidad.
Uno de los documentos que constata lo referido a la energía eléctrica es el Estatuto de la Cooperativa de Luz y Fuerza de Villa Taninga Ltda. . 1948 en el que se manifiesta
el Primer Consejo de Administración designado por Asamblea constitutiva del 26 de junio de ese año presidido por el sr. Otto Guillermo Sievers. Este Estatuto fue aprobado por el Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba por decreto 4400/48 el 20 de setiembre de 1948 y se inscribió en el registro de la Dirección de Cooperativas el 3 de noviembre de 1948 bajo matrícula 1692.
Cabe preguntarnos cómo era la vida en ese entonces, bajo qué condiciones los habitantes fueron cambiando su rutina. Cuáles eran los problemas que tenían que afrontar mientras la modernidad ingresaba paulatinamente. Conociendo las condiciones en las que en el pasado nuestros antepasados vivieron probablemente valoremos lo que tenemos en el presente impulsando nuevos proyectos en beneficio de nosotros mismos y de las próximas generaciones. De este modo considero fascinante el testimonio de la srta. Isleño en 1.997 con respecto a las costumbres y la forma de vida.
Años atrás la gente era sencilla en el vestir. No se usaba el vestido corto. Solo se bailaba en las casas de familia. En la iglesia las señoras y niñas se cubrían la cabeza con un velo. No se podía ir con escotes pronunciados ni con mangas cortas. En ese tiempo en la Iglesia cada familia tenía un banco con una plaqueta en donde figuraba el apellido y nombres de los dueños.
Las comidas también eran sencillas con los tradicionales asados, locros, mazamorras, empanadas y guisos. El pescado no se consumía por no poder conservarlo a una temperatura determinada. La fruta era poca; abundante solo las que se daban en el lugar: los duraznos. El pan se amasaba en casa por lo tanto el pan francés no se conocía.
Como no había agua corriente sólo existían letrinas.
No había transporte. Los automóviles eran escasísimos igual que los camiones. Había poca comunicación con Córdoba porque no había empresas de ómnibus; solo las mensajerías: Córdoba, -Cruz del Eje, Villa Dolores. No había otra ruta. Interesante era viajar en las mensajerías que cargaban pasajeros con animales vivos.
Cuando se terminó de construir la ruta Córdoba – Taninga comenzó a funcionar una empresa de transporte llamada Empresa Córdoba Oeste cuyo dueño esa un señor Olagaray. Creció la empresa, hubo más pasajeros hasta que cambió de nombre la empresa.
Circulaba un ómnibus que - según mis recuerdos- partía de Villa Viso y llegaba a Córdoba. El viajar en este ómnibus chico era una aventura ya que cargaban a los pasajeros y juntos con ellos, los animales vivos. Los dueños de esta línea era un señor Quevedo Carretero.
También circulaba de Mina Clavero a Soto otro coche. La dueña era una señora de Flores. No circulando más ninguna de estas líneas hacía el recorrido un ómnibus de Villa Dolores a Villa de Soto cuyo dueño era el señor Cacho Fariña.
Una vez terminada la construcción de la ruta de Córdoba Taninga - en esa época Ruta Nacional — hacía el recorrido la empresa COLTA del sr. Severo Olagaray. Cambió de dueño y la empresa se llamó Empresa Córdoba Oeste. Posteriormente apareció la Empresa 20 de Junio hasta hace poco tiempo.
Otra persona que participó durante el año 1997 en un proyecto escolar que apuntaba a la reconstrucción de la historia de la localidad fue la Sra. Gilma de Cavadini.
Se edificaron viviendas, dos hoteles en uno, al cavar los cimientos encontró un cráneo humano que según informe perteneció a un cacique llamado Cachimayu; por esta razón a mi entender el hotel y el arroyo se llamaron Cachimayo.
Se edificó una estación de servicio y una hostería donde los turistas concurrían en cantidad, honestamente vestidos, no se paseaban en malla sino con salida de baño.
No había minifaldas ni shorts. Todos alegres, afables, sociables. Gozaban de las maravillas de los paisajes. Cada mañana al amanecer cuando el sol diluía su polvo de oro sobre la copa de la fronda se escuchaba el armonioso concierto de los pájaros que poblaban el bosque de Taninga. Era un cielo para todos.