Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

domingo, 16 de abril de 2017

ANTICIPÁNDONOS AL 28 DE ABRIL 243° ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE "EL COMÚN"


Deseo compartir con ustedes este video muy interesante, en el que se sintetiza lo que fue el Pacto de Los Chañares y la Revolución de "El Común", gesta revolucionaria que tuvo lugar en suelo pochano.
Felicitaciones a los jóvenes que integran el Grupo Solidario "Compromiso Pochano" quienes año a año, organizan el acto conmemorativo. 

https://www.youtube.com/watch?v=rRfA_AWqnY0




martes, 4 de abril de 2017

ESTAMPAS DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX: ANTIGUA IGLESIA DE SALSACATE

Hoy volamos hacia mediados del siglo XX, entre 1940 y 1950, tiempo en que la Antigua Iglesia de Salsacate emergía entre murmullos de agua y verdores de monte.

Eran tiempos de silencios interrumpidos por sonidos cascos escarbando las calles polvorientas y el caminar pausado de hombres y mujeres en sus quehaceres cotidianos.

Cuatro imágenes que nos muestras breves instantes de ese pasado que suena a lejano.

.Vista de las dos Iglesias (1.949) Predio rodeado por un alambrado, en la actualidad lo ocupa la plaza central. 

Campanario de la Antigua Iglesia de Salsacate.



Casamiento de la Sra. Delicia Britos con el Sr. Britos (1.949). Última boda celebrada en la antigua Iglesia.
Se puede observar al fondo una profunda grieta y uno de los pocos automóviles de esa época.

Poblador con ropa de la época frente a la antigua Iglesia.
Fuente: "Polvo del pasado, Oro del presente", Gladys Acevedo 1999. 
Breve historia de la inauguración del nuevo templo 1949.

6 de Abril: 62° Aniversario del CENTRO EDUCATIVO " DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO" de El Quemado.




CENTRO EDUCATIVO “DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO”
EL QUEMADO
Foto de archivo

CREACIÓN: 
  6 de abril de 1955
DEPARTAMENTO:   Eva Perón.
DECRETO  8984 Serie “A”
IMPOSICIÓN DE NOMBRE: 27 de junio de 1961
Resolución N° 372 Serie “I”


 Transcripción del libro: "ESCUELAS DEL DEPARTAMENTO POCHO EN EL BICENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO"- Edición del Autor 2010 - Gladys Acevedo


Este paraje toma su nombre como consecuencia de un gran incendio. A partir de esta gran catástrofe ecológica un grupo de personas comenzó a poblarlo. Cuenta con una reducida población, inscribiendo generalmente la escuela entre 25 y 30 alumnos.
           No hay energía eléctrica ni agua potable. Esta última es almacenada en una cisterna como producto de las lluvias y de una perforación a 100 m de profundidad; pero durante el invierno, cuando las lluvias se hacen escasas, la Comuna de Chancaní abastece al lugar a través de tanques cisternas que distribuye periódicamente de acuerdo a las necesidades locales.
El predio escolar es amplio y cuenta con comodidades apenas satisfactorias. Los niños desayunan y almuerzan en ella. Los docentes habitan de lunes a viernes en la zona, pues tienen sus domicilios generalmente en Villa Dolores.
Al igual que otros pueblos de los Bajos de Chancaní, el clima es similar, la pobreza abunda, las tareas de campo son parecidas, los problemas del Chagas y otras endemias son a tener en cuenta.
Fuente: Material aportado por Residentes Pochanos en Buenos Aires. 1999.
2010
El Centro Educativo “Domingo Faustino Sarmiento” se halla ubicado a 7 km al SO de Chancaní, centro rural más poblado; y a 77 km de Salsacate por ruta Provincial Nº 28.

Los alumnos que asisten a esta escuela provienen de familias de escasos recursos que viven de la producción caprina y de pensiones graciables. Algunos pertenecen al paraje de Santa Rosa que dista a 5 km hacia el Norte de El Quemado; otros niños pertenecientes a este paraje llegan a recorren hasta 2 km para llegar a la escuela.

El principal problema de la zona es el agua. Tanto la escuela como las familias obtienen el vital elemento a través de la Comuna de Chancaní que provee de la misma con un camión cisterna hasta las piletas y/o aljibes de cada hogar.


















sábado, 1 de abril de 2017

2 de Abril: Día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas.

En noviembre del 2000, a través de la Ley 25.370, el día 2 de abril fue declarado Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas en homenaje a todos los combatientes caídos y los sobrevivientes de la guerra de Malvinas y sus familiares.
Hoy después de tantos años, tal vez es momento no sólo de recordar esta fecha sino aventurarnos a conocer los hechos desde diferentes ángulos para construir desde la reflexión uno de los hechos históricos que forman parte de nuestra argentinidad.
Cómo podemos transitar por la senda del conocimiento? Nuestra era se caracteriza por el milagro de la tecnología, incorporando a nuestras vidas una ventana con infinitas posibilidades para obtener diferentes materiales de información, es por ello que les sugiero ingresar a youtube.com  focalizando el tema sobre La guerra de las Malvinas. Este video me pareció muy oportuno para que ustedes inicien la búsqueda.

Mientras, mi intención es traer a vuestra memoria, los acontecimientos locales de aquel 1982. Seguramente cada uno tendrá sus propias vivencias y opiniones las que invito a compartir por este medio, simplemente a través de sus comentarios.
Aquí va mi humilde aporte agradeciendo al sr. Blanch quien en una cordial entrevista me dio algunos datos sobre las vivencias en Salsacate.

QUÉ PASÓ EN SALSACATE EL 9 de julio de 1982?
Quienes vivimos los acontecimientos de 1982, recordamos con tristeza e impotencia los hechos que fueron dándose de manera vertiginosa desde el 2 de abril de 1982. La televisión, la radio, los periódicos y revistas nos informaban sobre los avances del ejército argentino, hasta llevarnos a una situación de compromiso colectivo, expresado en una gran variedad de actividades destinadas a apoyar y fortalecer la misión de nuestros soldados combatiendo en las lejanas tierras del sur.
No hubo lugar en nuestro país en donde los ciudadanos nos reuniéramos para recolectar desde alimentos hasta mantas y ropas de abrigo. En ese tiempo las escuelas fueron el centro de acopio y el taller de tejidos con las madres confeccionando gorros, bufandas, guantes, mantas; mientras los niños, con la ternura propia de su edad, entregaban chocolatines junto a mensajes para enviarlos en cajas con el deseo de alivianar la soledad de nuestros soldados.
En los pueblos la actividad solidaria fue constante. Municipio, parroquias y todas las organizaciones locales unieron fuerza y creatividad para apoyar y fortalecer desde la distancia al ejército que luchaba por lo nuestro.

En Salsacate, según los datos aportados por el Sr. Jorge Blanch, Intendente Municipal de Salsacate en ese tiempo, además de la labor realizada en la escuela y parroquia, se organizó el Locro Patriótico para recaudar fondos para la gesta de Malvinas.

Nuestro pueblo también estuvo presente a través de cinco jóvenes, quienes gracias a Dios al término de la guerra regresaron sanos y salvos. Algunos en el frente de batalla, otros en la logística militar.  Cinco héroes, guardando sus miedos y sus sufrimientos retornaron junto a sus familias y amigos.

Ese año la celebración de la Independencia tuvo un matiz de emoción particular. El pueblo de Salsacate, reunido en la tradicional plaza “Gral. José de San Martín”, rindió homenaje a los combatientes de Malvinas, entregándoles un recordatorio en reconocimiento y agradecimiento por el valor, esfuerzo y sacrificio ofrecidos en defensa de la soberanía de la Patria.

Como aún los jóvenes no habían sido dados de baja para continuar con sus vidas civiles, sus familiares directos recibieron ese 9 de Julio de manos del Intendente Municipal Sr. Jorge Blanch, un recordatorio. Fue un momento muy emotivo e inolvidable para todos.

Víctor Manzanelli, recibió su padre Domingo Manzanelli.
Eduardo Joaquín Salas, lo recibió su padre sr. Rosendo Melitón Salas.



José Díaz, lo recibió su hermano Sr. Oscar Díaz.

José David Silva, lo recibió su madre sra. Rita Torres de Silva.

Rafael Faustino Valle, recibiendo su madre la sra. Lilia del Valle Suárez.

Los invito a compartir sus vivencias enviando el material para luego ser publicado a 
gladysacevedo35@gmail.com









jueves, 30 de marzo de 2017

RELATO TESTIMONIAL DE Beatriz Calderón. Gentileza de Eugenio Calderón Benítez.

Para mi enfocar hacia el pasado es como mirar el amanecer. 
Las historias, los relatos, las vivencias que laten en el corazón de quienes vivieron otros tiempos, se concentran en un punto para llenar el vacío, o tal vez el silencio del entramado que va forjando el presente.
Entonces, la palabra se convierte en luz despejando el olvido, aclarando la memoria, transformando lo que fue en un río cristalino donde fluyen alegrias, tristezas, lamentos, sacrificios, todo lo que cada uno va guardando en el alma.
Quiero agradecer al sr. Eugenio Calderón Benítez, quien desde hace mucho tiempo viene aportando con su conocimiento y sabiduría en este camino de reencontrarnos con nuestra historia.
Muchísimas gracias Eugenio!!!
Gladys Acevedo


En respuesta a la publicación de ayer, con respecto a los pintores que plasmaron el paisaje pochano Eugenio Calderón Benítez, compartió este testimonio que me pareció maravilloso. No sólo desde el punto testimonial sino como un aporte a la memoria colectiva.


Cuenta Beatriz Calderon 



"Mi abuelo (Domingo Murúa) solía contar que Fader se instaló un tiempo en Pocho para pintar la capilla, se alojó en su casa, y desde su sitio pintaba. 
Yo era muy chica cuando escuché ese relato, pero pude corroborarlo hace unos seis años atrás cuando hubo una muestra de Fader en el Teatro Argentino. Si bien la pintura esa no estaba, leí en la biografía que era costumbre suya ir a los pueblitos del interior de la provincia e instalarse por días o semanas y pintar paisajes, y unos dos años antes de su muerte estuvo en Pocho. No mencionaba la pintura de la capilla, pero mi mamá ( Ana María Murúa ) tenia un cuadrito colgado en la galería que lo lucía con orgullo."








miércoles, 29 de marzo de 2017

Villa de Pocho inspiró a grandes pintores: José Malanca y Fernando Fader

José Malanca (1897-1967), 
Paisaje serrano. (José Malanca)

La Iglesia de Pocho. (José Malanca)

Fernando Fader (1882- 1935)



Iglesia de Pocho 1930 Fernando Fader.


lunes, 27 de marzo de 2017

BIBLIOTECAS RURALES ARGENTINAS, su origen … desde la magia de los cerros pochanos.


Nota publicada el 27/03/2017. Gladys Acevedo.

Salsacate, nuestro querido pueblo, cuya historia se hunde en el misterio de los tiempos, ha tenido la suerte de contar con personajes que aunque no se ven, se sienten.
Hoy quiero destacar al Dr. Raúl Irigoyen quien desde la soledad y el silencio, ha llevado a los cuatro vientos la esencia de este pueblo pochano a través de sus cuentos, sus poesías, y fundamentalmente con un profundo conocimiento de la región.
Hijo de uno de los fundadores de Villa Taninga, escritor y pintor, absorbió la magia del paisaje junto a sus personajes; y bajo el hechizo de la paz y la tranquilidad característica de Pocho, se inspiró para dar forma a un proyecto que creció a través de 54 años.
Mi agradecimiento y reconocimiento al Dr. Irigoyen por la labor cultural proyectada a nivel nacional e internacional, en la que Salsacate y su zona aledaña figuran como inspiradora de sus múltiples manifestaciones en el arte.


¿Cuántas veces, en nuestro recorrido por el pueblo, hemos leído el cartel que se encuentra junto a la puerta de entrada del Centro Educativo “Gral. José de San Martín”? Con letras atractivas y que resaltan en contraste con el color de las paredes, nos anuncia que en ese establecimiento educativo funciona BIBLIOTECAS RURALES ARGENTINAS. Pero… conocemos a ciencia cierta el origen de esta asociación sin fines de lucro? Probablemente la respuesta es incierta o negativa. En vista de esta suposición me dediqué a incursionar al respecto, con la enorme satisfacción de poder entrevistar a su creador el Dr. Raúl Irigoyen, Presidente de la Asociación mencionada, escritor y pintor.
Escuchar el relato del Dr. Irigoyen con su voz pausada entre la sustanciosa biblioteca y hermosos cuadros de su autoría, fue trasladarse en el tiempo. 

¿Cómo surgió este proyecto?

 Recuerdo que nos acercábamos al verano del año 1962 y hacía varios meses que el entonces Ministro de Economía Alvaro Alsogaray, creador de la frase “Hay que pasar el invierno”, abonaba los sueldos a los empleados públicos con bonos que, con gran dificultad, debían ser canjeados por dinero en efectivo y realizar malabarismos para poder vivir.
En aquel entonces yo era un modesto empleado en el Juzgado Nacional en lo Correccional letra J, ubicado en la calle Charcas (hoy Marcelo T. de Alvear) y Paraná; estudiaba abogacía y desde hacía muchos años era un incansable lector.
Agotado por esa situación económica y con algunos recursos ahorrados, pedí un mes de licencia sin goce de sueldo sumado al correspondiente por las vacaciones de enero, y a principios de diciembre partí rumbo a mi casa en la sierras de Córdoba, aquí en Taninga, cerca de Salsacate, en la Pampa de Pocho, con el deseo además de pasar un tiempo en pleno monte viviendo en carpa. Cumpliendo este proyecto me trasladé hasta un lugar llamado Río Las Águilas, al oeste de la provincia, adonde acampé durante varios días gozando de la paz serrana y de un riachuelo a cuya vera transcurrían las plácidas jornadas.
Se acercaba el 24 de diciembre y a fin de pasar las fiestas en mí casa me apresté a regresar y me despedí de una lugareña, la señora Teresa Cáceres de Moyano, en cuya vivienda me surtía de pan casero y otras vituallas y ahí comienza la historia…

Dígame don Raúl - me dijo la señora- usted que va a regresar a Buenos Aires, no podría mandarnos unos libros, así tenemos algo para leer durante el invierno –
El pedido me sorprendió, pero mi amor a los libros y un sentido de progreso social me hicieron decir - ¡Cómo no doña Teresa, pero más que unos libros podríamos formar una biblioteca, así leen también los vecinos! –
Mi interlocutora, mucho mayor que yo, me miró con aire de incredulidad y luego socarronamente, como los cordobeses responden a los porteños fabuladores me dijo, no creyendo en mis palabras.
-Y bueno…-
Entusiasmado con el proyecto regresé a mi casa de Taninga y se lo comenté a una maestra del lugar, la que me reprendió por pensar en otra zona para formar una biblioteca y no para el poblado, donde yo vivía, y concretamente me pidió la creación de una para la escuela local.
En los pueblos chicos las noticias corren velozmente y al poco tiempo ya el cura párroco de Salsacate estaba enterado de los proyectos y me visitó, pidiéndome otra tercera biblioteca para el Colegio que estaba creando.
Eso se complicaba, pero no podía negarme.
A fines de enero de 1963 ya había regresado a Buenos Aires y a los pocos días,  el 2 de febrero, con espíritu organizativo, reuní en mi casa a un grupo de amigos y compañeros judiciales,  a quienes interioricé del proyecto e interesados acordamos la fundación de una Asociación para la creación y mantenimiento de las tres bibliotecas mencionadas: Las Águilas, Taninga y Salsacate.

¿Cómo consiguieron los libros?

Prestamente aportamos libros nuestros libros y  para aumentar el fondo bibliográfico, compramos obras de segunda mano en las librerías de las avenidas Corrientes y Rivadavia.
El living de mi departamento se transformó en la sede de la nueva Entidad y allí entre camaradería e ilusiones juveniles, se fue forjando el nuevo proyecto. Clasificamos los libros, ya más de 3.000, por autores y por temas; compramos cajones de manzanas que adaptamos y embalamos; confeccionamos carteles para cada una de las tres bibliotecas populares que estábamos creando y hasta preparamos cuadernos de préstamos. Y así remitimos las primeras tres bibliotecas por medio de un transporte que financiamos y felices, esperamos el resultado comprometiéndonos a seguir asistiéndolas con nuevos envíos.

Segunda biblioteca popular de Bibliotecas Rurales Argentinas fundada en 1963, en el Colegio Secundario de Salsacate. 

¿Cuál fue la respuesta?

Las primeras noticias fueron sumamente alentadoras: las fundaciones eran un éxito, los lectores pedían libros sobre diferentes temas, llegaban desde muy lejos a solicitar los libros en préstamos, a veces de hasta dos leguas de distancia y los devolvían forrados.
La sensación por la realización de este proyecto es difícil de describir, pero podría resumirlas como de una placentera alegría producto de haber cumplido con un deber comunitario. Sin embargo, esa placidez no duró mucho tiempo pues, al poco tiempo de aquellas primeras cartas, recibimos otras provenientes de pueblos vecinos: Villa de Pocho, Tala Cañada y Cañada de Salas, cuyos pobladores enterados de la buena nueva también nos solicitan sendas bibliotecas para sus zonas.
Nos reunimos y luego de un largo cabildeo resolvimos que esta comisión de amigos, que habíamos denominado Bibliotecas Rurales Argentinas, ampliara sus objetivos y se dedicara a fundar bibliotecas populares en el oeste cordobés.
Ya sin libros propios decidimos enviar un comunicado de prensa a los principales diarios de la ciudad de Buenos Aires, solicitando donaciones para crear estas tres nuevas bibliotecas.
La respuesta fue muy generosa y decenas de donantes se sumaron y nosotros, sin medios propios de movilidad, utilizando los públicos, buscamos en diferentes y a veces remotos puntos de la ciudad cientos de libros, que clasificamos y nuevamente enviamos en la misma forma que los anteriores.
El Proyecto crecía pero seguía complicándose: en otras provincias también se leían los diarios de la ciudad de Buenos Aires y habitantes de Trevelín de Chubut, Charata de Chaco, El Dorado de Misiones, se comunicaron con nosotros pidiéndonos también fundaciones de bibliotecas.

 ¿Qué pasó a partir de ese momento?

Así creciendo llegamos a 1988, cumpliendo 25 años de vida y ya con 500 bibliotecas fundadas. En aquel entonces dijimos, en la parte primera de la Memoria: “La feliz y accidental causa que dio origen, a fines de 1963, a Bibliotecas Rurales Argentinas, permitió formar una Entidad con características similares a la tierra que la engendró: agreste y dolorosa en su crecimiento como las ásperas y bellas serranías cordobesas, pero también pura y cristalina al igual que su cielo y límpidas aguas. Así fue y es Bibliotecas Rurales Argentinas, integrada por hombres y mujeres a quienes solamente una férrea voluntad les ha permitido superar difíciles obstáculos…” y “…Nos preocupan las grandes diferencias culturales existentes en nuestro país, que dan origen a situaciones de marginamiento social y económico, en las cuales quienes las padecen son totalmente ajenos. Tenemos el convencimiento que acercándoles los elementos de capacitación esa condición se revertirá y nos mueve solamente la Solidaridad, punto de encuentro cívico de los componentes de Bibliotecas Rurales Argentinas, quienes profesan las más diversas confesiones  e ideas políticas…”

¿Cuál es la situación hoy 2017, después de 54 años?

Después de un largo camino podemos sentirnos muy orgullosos con:
- 1.171 bibliotecas populares fundadas, que funcionan como filiales.
- 10 bibliotecas escolares.
- 1 biblioteca móvil.
- Aproximadamente 3.000 voluntarios en todo el país.
- Sede propia en la calle Godoy Cruz 2087, de la ciudad de Buenos Aires
- Creación de entidades similares en 7 países de América Latina.
- Organización de Bibliotecas  Latinoamericanas.
- Delegaciones en varios puntos del país.
- Convenios con los gobiernos de 13 provincias.
- Convenios con organismos nacionales.
- Creación de la Editorial del Cardo.
- Biblioteca Virtual en Internet
Debo resaltar  que los gastos de la asociación son cubiertos con cuotas de socios activos y protectores, donaciones de particulares y ocasionales beneficios. Además un grupo de voluntarios trabaja honorariamente, entre los cuales se encuentran varias bibliotecarias graduadas, del mismo modo que los responsables de las bibliotecas y comisiones locales de apoyo. Estas, que están ubicadas en diferentes sedes no erogan gastos administrativos y los envíos son a cargo de los interesados. La publicidad es gratuita y en general los gastos son reducidos.
Deseo mencionar otras entidades creadas por Bibliotecas Rurales Argentinas a las que invito a visitar:
- Acción Cívica ( www.accioncivica.org.ar )
- Biblioteca Virtual Universal (www.biblioteca.org.ar )
- Cultura Argentina (www.culturaargentina.org.ar) 
- Iguales asociaciones de Bibliotecas Rurales en Uruguay, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala y México (todas estas asociaciones han sido creadas por Bibliotecas Rurales Argentinas)

¿Ha tenido algún reconocimiento sobre la tarea cultural que viene desarrollando durante tanto tiempo?

Con mucho orgullo y humildad debo reconocer que he recibido varios reconocimientos oficiales y privados.
En primer lugar, Bibliotecas Rurales Argentinas fue considerada de interés nacional por el Senado del Congreso de la Nación y luego declarada de interés cultural por el mismo Organismo. Posteriormente  Declarada de interés cultural por Legislatura de la Ciudad Autónoma de la Ciudad Buenos Aires.
    En 2010 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, distingue a Raúl Eduardo Irigoyen, Presidente de la Entidad, con la designación de Personalidad Destacada de la Ciudad por su labor.
- Declarada de interés provincial por los gobiernos de las Provincias de Buenos Aires y Catamarca, y por la Legislatura de la Provincia de Río Negro.
- Apoyada por el Consejo Federal de Radiodifusión, desde 1980.
- Organismos públicos nacionales y de todas las provincias argentinas, han solicitado y solicitan la asistencia de Bibliotecas Rurales Argentinas, funcionando sus bibliotecas en municipalidades, colegios, escuelas y clubes del INTA.   
- Premio Nacional Al Mérito Agropecuario. 
- El Gauchito de Plata. Años 2001 y 2002.                                                         - Premio al Emprendedor Solidario 2006, otorgado por el Foro Ecuménico Social
-En junio del año 2015 el Senado de la Nación, en acto público efectuado en el Salón Azul del mismo, por tercera vez vuelve a declarar de interés nacional a Bibliotecas Rurales y premia especialmente a su presidente Raúl Eduardo Irigoyen “en virtud de su invaluable aporte y en reconocimiento a su destacada trayectoria”.


Para finalizar esta agradable y fructífera entrevista ¿cuál es su opinión sobre lo realizado?

Sin lugar a duda es mucho lo realizado, quizás puede parecer imposible lo hecho con los escasísimos recursos que se lograron y podemos estar satisfechos en parte; digo en parte pues tengo la sensación que es mucho aún lo que resta por efectuar, y nuestra Entidad, como cualquier organización, requiere un constante crecimiento y adecuación a las necesidades del momento. Cuatro son los elementos vitales para el correcto funcionamiento de Bibliotecas Rurales Argentinas: Voluntarios, libros, pedidos de fundaciones y recursos, en la medida suficiente para el correcto desenvolvimiento de la Institución.