Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

viernes, 10 de marzo de 2017

PRIMEROS RASTROS DEL PUEBLO DE SALSACATE


Al incursionar en los libros antiguos que están resguardados en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, observé que muy lejos en el tiempo, aparecían nombres no solo de Salsacate sino de otras localidades como Mogigasta, Las Palmas, Guasapampa, y otros, confirmando que desde antes de la conquista ya estaban establecidos estos pueblos. 
Por esta razón tomé como punto de partida dos situaciones registradas en los Protocolos Notariales de 1600 y 16025, estableciendo de este modo el primer paso para confirmar la existencia de Salsacate como pueblo de indios antes del siglo XVII.

TRANSCRIPCIONES:
377. 9-III- 1600: PODER ESPECIAL Y OBLIGACIÓN: Don Juan de Mitre, vecino, declara que habiendo tenido pleito con Francisca Núñez, viuda de Diego Hernández, difunto, sobre los indios y cacique de los pueblos de Cano y Salsacate y habiendo fallo contrario por falta de procurador, otorga a Simón Sánchez, de camino para la ciudad de La Plata, poder especial para proseguirlo y en caso de traer este fallo favorable, promete y obliga a hacer dejación en cabeza de S.M. del pueblo de Salsacate, con sus caciques e indios, para que se los encomiende al dicho Simón Sánchez. Testigos: Capitán Antonio Pereyra, Pedro de Olmedo, Alonso de la Cámara.
F:18v-19v
908.2-V-1602: DONACIÓN: El Capitán Alonso de la Cámara, vecino, dona al Capitán Tristán de Tejeda, vecino, unas tierras que en esta Ciudad tiene por merced, en el pueblo de Salsacate de su encomienda, libres de censo, tributo e hipoteca. Testigos: Juan de Barrientos, Juan Nieto, Antonio Juárez Mejía.
F: 145v-146v

Con estos Protocolos puedo afirmar que en 1600 Salsacate estaba habitada por una pequeña comunidad sujeta a las condiciones de los encomenderos quienes disponían de ellos según sus conveniencias. Desde mi perspectiva es una prueba suficiente relacionada con el concepto de pueblo que profundizaremos más adelante.
En ambos casos se observa la situación de sumisión y cosificación en las que se encontraban las comunidades originarias, cambiando de propietarios por pleitos y otras causas. Si tenemos en cuenta la expresión “libres de censo, tributo e hipoteca”, podemos suponer la intención de esconder la cantidad de personas que estaban a sus servicios, evitando el pago correspondiente a la Corona. Este tipo de irregularidades y otras más graves dentro del territorio del Virreinato del Perú, fueron las causas para que Alfaro estableciera las Ordenanzas en 1612, normativa que por supuesto sólo quedó en los documentos.
Otro de los elementos que confirma el asentamiento en Salsacate, es la existencia de morteros en diferentes lugares, testimonios irrefutables que prueban que la agricultura -aunque seguramente de un modo incipiente- era una de las actividades que se realizaba en forma comunitaria. Este tema será profundizado en un trabajo posterior.

Fuente: FUNDACIÓN DE SALSACATE? de Gladys Acevedo, 2016. Edición del Autor.

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