Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

martes, 3 de septiembre de 2013

POEMA EN HOMENAJE AL CURA BROCHERO DE Amador Vargas de Las Varillas





 
ALMA GRANDE … BROCHERO

San Alberto supo de un gaucho montado
en un mala cara, de cabeza dura
macho de encararlo para cualquier lado
llevando al jinete vestido de cura.

Visitaba al tranco su feligresía
dando bendiciones desde la montura,
que en aquellos años de las correrías
más que apostolado, era una aventura.

Para todos fuiste el Cura Brochero
olvidando a veces tu nombre de pila,
eso no importaba ni era lo primero
siempre y cuando formen en tu misma fila.

Por ser del gauchaje sublime estandarte
los mismos serranos te rebautizaron;
Cura Gaucho es dicho para así nombrarte,
y al José Gabriel, casi lo olvidaron.

Arriero incansable de necesidades
que de Traslasierras traías al llano
buscando en la urbe de algunas ciudades
alguien que piadoso les diera una mano.

Con muy pocas cosas armabas el viaje,
(treinta leguas en mucho a lomo de mula)
pero te alentaba siempre aquel coraje
de ayudar al pobre, que a tu alma estimula.

En la alforja gaucha, mucho no cabía
cargar con vituallas, eso, ni lo pensará,
total en la senda de la travesía
el Dios de los criollos, lo proveerá.

Un poco de torta de mandioca
y unos trozos de charqui de guanaco
muy poca comida llevada a la boca
para alimentarse comiendo un chipaco.
  
Si hay algo en las tripas, eso poco importa,
tu estómago sabe de tribulación
olvidemos al hambre, que el cuerpo soporta,
ahora es premisa cumplir la misión.

A Córdoba llegas, pidiendo caminos,
iglesias, escuelas y mejor salud,
acortar distancias de pueblos vecinos
fue gesta encomiable de tu gran virtud.

De Don Juárez Celman ayuda lograbas
que no fue bien visto por algún ladino
amigo entrañable que en tu alma llevabas,
y luego te apodan como el “Gran Beduino”.

La ofensa no llega si en tu pecho llevas
ignorancia sabia, antes que sermón
olvidando agravios al cielo te elevas
y en vez de enojo te nace el perdón.

En una comarca chica, no cabía,
tanto amor que había en tu alma de santo
era necesario, más grande abadía
para que albergara al sutil beato.

La Villa del Tránsito sede del curato,
era más bien núcleo de toda la sierra,
tanto amor supera al presbiterato
y lo hace extensivo a toda la tierra.

Casa de Ejercicios tu sueño dorado,
Colegio de Niñas anexado al clero
eran tus desvelos de ver realizado
y en ello apostaste de jugarte entero.

Sotana de fraile siempre arremangada
te vieron los fieles acarrear ladrillos,
cales de los hornos recién apagada
hombreabas contento entre los pasillos.

Titánica obra salir desde el templo
a traer las vigas por el arenal,
una caravana te siguió el ejemplo
y al frente marchabas por el pedregal.

Tu lenguaje tosco, más bien campechano
fue tea encendida aportando luz,
así te entendía mejor el paisano
al cual invitabas a cargar la cruz.

Predicaste a Cristo y también a María
Santísima Virgen Madre del Señor,
con palabras simples pusiste armonía
que el serrano entienda al Divino Pastor.

 Porque santo eres de la serranía
en toda la tierra podrán venerarte,
si en la Santa Sede, tal vez algún día
se dicta justicia al canonizarte.

Tu fama se extiende apóstol serrano
dichoso quien venga a rezar con vos,
evangelizando a más de un hermano
ganaste aquel sitio al lado de Dios.
                                                                       Amador Vargas
                                                                        2000- Las Varillas


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